Bajar las escaleras de El Sol escoltados por los chicos de Rusos Blancos ya anunciaba las dimensiones de la noche. De nuevo alfombra roja para la buena música y para un show que les acompaña, pues siempre que hemos visto su directo nos han aportado además una buena dosis de energía entre humor negro y risas.
Solletico, iniciaban la noche mientras la sala se llenaba tímidamente. Con una mezcla folk pop y dejándonos la sensación de que la combinación entre la música que nos proponían y la que íbamos a escuchar a continuación no podría ser más acertada. Sin duda sabe bien añadirle esta música condimentada de Solletico a nuestro ya conocido Cocktail.
Salían a llenar escenario, y extensión del mismo, los de Madrid. Colocando nísperos a sus pies dejaban bien claro el concepto; Es Tiempo de nísperos, las vitaminas lo son todo.
Así Manu, entre tema y temas nos contaba que días antes planeando la actuación en el local de ensayo había propuesto llevar un cambio de look para la mitad del Show, como las folclóricas, y que se habían reído de él, pero ante el calor de El Sol, a ninguno nos parecía tan descabellado.
Continuaba la noche entre éxitos del calibre de Te veo más delgado, y los temas de su nuevo álbum, a sabiendas de que el amor no nos salvará, caíamos rendidos ante ellos, y ante la genialidad surrealista de sus letras. Volvíamos a reencontrarnos con la armonía del violín de Jordi Montero, a quien acompañaba Ana Galletero. Un punto más para los chicos con nombre de cocktail por acompañarse de tan grandes músicos!
Sin duda, la demostración más obvia de su manera única de estar sobre las tablas, era el lanzamiento de Nísperos; jamás ningún grupo o solista me había lanzado frutas desde un escenario. Con esa demostración de genialidad, nos pedían que no mal gastáramos nuestro ritmo con cualquier desconocido a las 6 de la mañana, puesto que ellos lo requerían mucho más.
Con sus letras apurando lo depresivo, irónico y real volvían al escenario tras el bis, demostrando que hablar de miserias propias y ajenas, puede ser símbolo de triunfo. Sobre todo si lo acompañas de una coreografía al más puro estilo Tony Manero.
Nuestra conclusión de la noche; La fruta lo es todo.