Ana, esa chica con una guitarra, nos sigue cautivando como la primera vez que la escuchamos cantar. Llenaba esta maña de adopción de poesía nuestros oídos, siempre dispuestos a dejar que sus cálidas notas nos rozaran.
Ahora nos demuestra una vez más que la vida se puede resumir en una canción, que la dulzura y la amargura no han de estar reñidas si se mecen en una melodía perfecta que no tiene fisuras.
Buscad despacio todos los mensajes ocultos en la letra de generosa, pues aún después de muchísimas escuchas hay tiempo para descubrir algo nuevo.
Nadie se morirá mientras yo viva, y con esa sentencia nos revela sus súperpoderes. Ella es una genio montada en un unicornio, solo podrás descubrirla si la miras de frente con el alma dispuesta a saber que las cosas más importantes en la vida son personas.
Ana, para nosotros siempre va enlazado a la bonita Ana.