The Bleach es uno de esos grupos que nos han calado en lo más profundo. Su autenticidad, su manera de hacer las cosas cargadas de sentimientos, ese toque personal de ellos mismos, acompañan a su música, y se transmite a aquellos que dedican unos minutos a escucharles.
Llevamos a Sam y Jon a Headbanger Rare Guitar, e intentamos descubrir que se esconde en la receta de la sopa de caballo cansado. Este es el resultado;
LBM – ¿Cómo se cocina esta poción de rock and roll, caballo y amor?
Sam – ¿Hemos empezado ya? (risas) Para empezar es básico tener un buen jefe de cocina, como es Jaime García Soriano, que ha demostrado que ha sido un acierto hacerlo con él. Luego una buena cocina, como es Geek Record Estudios, y por último los pinches que somos Jon y yo, que algo haremos.
LBM – ¿La lejía borra la mancha negra de la hermana tristeza?
Sam – Eso intentamos.
Jon – Que pregunta tan bonita y tan profunda. Borrar la tristeza es un efecto colateral en lo que hacemos. En realidad no es el objetivo principal.
LBM – ¿Cuál sería el objetivo principal?
Sam – Es que el rock n´ roll es un arte, no tiene objetivos principales, es existir por existir, como la vida. Además hay un momento en el que te das cuenta de la diferencia abismal que hay entre lo que haces y sientes, y lo que la gente se piensa que es tener un grupo. Cuando te dicen, «¿por qué no haces una canción en español, tipo Vetusta Morla?” o “¿por qué no vais a La Voz o a Tú sí que vales?” entonces dices, no sé si es que no me entienden o no me explico, pero estamos hablando de cosas diferentes.
Las canciones no tienen por qué tener una explicación. Yo siempre lo digo componemos mucho merendando (risas) estás en la cocina, te haces un sándwich y piensas, oye, pues me acuerdo de cuando esta tía… se la paso a Jon, él cambia totalmente la canción, y después de meses trabajando en ella, ya no sabes si es tuya, o es de Jon, y luego ya te juntas con el resto de la banda a ensayar, y definitivamente no tiene nada que ver la planta que te dan con la semilla que has sembrado.
LBM – ¿Qué le rompe a uno en noventa y nueve millones de granos?
Jon – Bueno, cuando compuse esa canción, pensaba en algo un poco místico, filosófico, introspectivo. Habla un poco de la realidad, así entre comillas y en grande, más que de nosotros mismos.
Sam – Yo cuando me mostró la canción y vi esa frase, inmediatamente pensé, es el tipo de frases que se quedan para la posteridad. Me gustó muchísimo.
Jon – ¿Qué crees que nos puede romper en noventa y nueve millones de granos?
Sam – Pues las mujeres, siempre las mujeres.
Jon – También una pedrada (risas).
LBM – Si Agnes consiguió quedarse para siempre, ¿podrán los Bleach hacer canciones que duren para toda la vida?
Sam – Lo bueno de este proyecto es que nos conocemos de toda la vida, desde el primer día de colegio, con cinco años, hemos dado muchas vueltas y siempre hemos estado ahí. Como el club este del Pez Espada de Mr. Burns. Quizá el próximo disco tarde más en salir o demos más vueltas y haya proyectos entre medias, pero siempre habrá The Bleach.
LBM – ¿Eso es una exclusiva? ¿quiere decir que finalmente vais a La Voz? (risas).
LBM – Ya sabéis que nuestras entrevistas hay un Top Cinco. El vuestro será un Top de canciones para incendiar el coche y no dejar pistas después de un viaje.
Sam – La primera será Karma Police de Radio Head, tal vez es un poco obvio pero me ha venido a la mente por el Clip, cuando incendian el coche.
Jon – Bueno pues yo voy a decir una nuestra del primer disco Shining Black Out, Burn This City, una canción rockera y grasienta donde las haya.
Sam – La tres, una de Pink Floyd, ese momento en que da mucho el sol, y bajas la ventanilla y te va dando el aire.
Jon – Una para cuando las llamas estén a tope, Smack my bitch up, de Prodigy.
Sam – Una de Nirvana? Por ejemplo.
Jon – Sí, una de Nirvana hay que poner fijo. Territorial Pissings.
LBM – ¿El amor sienta mejor con cuatro rosas?
Sam – Con cuatro Four Roses (risas). Yo la verdad es que soy muy de comprar flores, ayer de hecho le dije a un amigo, me he gastado un dineral en flores en mi vida, y ahora están todas muertas. Ya no queda nada… He decidido dejar de comprar flores porque soy un calzonazos.
Por cierto, esto que quede en la entrevista. Nosotros somos tres amigos de toda la vida, siempre vamos juntos a todos sitios, y estamos muy unidos.
LBM – ¿Es el Bleach oculto, o algo así?
Sam – Sí, de hecho si hubiese tocado un instrumento estaría en la banda seguro. Bueno, él a su novia, siempre le compra castañas asadas, y yo para meterme con él, siempre le digo que es un “castañitas” en vez de llamarle pagafantas. Pon eso en la entrevista sí no quedo yo tan mal (risas).
LBM – Un ron que no sea barato, pero sí bueno. Un demonio recurrente, y una ciudad para curarse.
Jon – Tampoco somos de comprar alcohol caro, no te creas.
Sam – Y tampoco somos mucho de Ron.
Jon – Es metafórico, hay mucho ron en las letras y no nos gusta demasiado. Será porque tenía rima fácil. El demonio recurrente el Ron (risas).
Sam – Una ciudad para morir es Madrid, que nos encanta pero últimamente nos está matando un poco. Para curarse Londres, ir a Candem, pasear por la calle de Morning Glory.
LBM – ¿Qué es más fácil en esto de la música, hacer lo que quieres y lo que te gusta, o hacer lo que les gusta a los que mandan?
Sam – Es más fácil hacer lo que te gusta. Llevamos doce años haciendo lo que queremos y hemos renunciado a ofertas chungas. Hace unos años, éramos muy jovencitos, y alguien nos dijo si esta persona entra a formar parte del grupo os doy a cambio todo esto. Por supuesto no lo hicimos.
Jon – Bueno, eso también es relativo, porque no sabes si aceptando te van a llegar todas esas recompensas que te prometen. Desde luego hubiese sido real que nos hubiesen pagado disco, y hubiesen invertido en promo y demás.
Sam – Luego está el tema de cantar en castellano. Si cantáis en castellano… en fin, no te puede llamar The Bleach y cantar en castellano, es una “gitanada muy gorda” (risas). Si hubiésemos tenido más picardía, hubiésemos hecho cosas más vendibles, pero hemos preferido creer en nosotros.
Jon – Es difícil, porque el tema de triunfar no está al alcance de la mano, y a veces dan ganas de ceder, pero bueno. En eso se ve quien hace las cosas porque le gustan y quien las hace por triunfar.
Sam – Nosotros a este tipo de gente que nos intenta convencer de este tipo de cosas les llamamos “valiente gilipollas” (risas).
LBM – ¿Estaba tan cansado el caballo que tuvisteis que dejarle descansar durante 34 minutos para terminar el viaje?
Jon – Siempre nos ha gustado, para empezar por Nirvana. En el primer disco también había. Queríamos hacer algo semejante, y nos hace mucha ilusión cuando la gente nos dice que la ha descubierto.
Sam – Es en realidad el himno del disco.
Jon – Además es curioso, usamos el sonido de un videojuego de fútbol. El público de un partido (risas).
LBM – ¿Cuál sería la recomendación musical de los chicos de The Bleach?
Sam – De primeras tenemos que decir que Rufus T Firefly, Baked Beans son dos grupos llenos de buenos músicos que nos tocan de cerca. Luego, los Happy Hunters, que somos muy fans y amigos de ellos, pero han tenido siempre mala suerte con los miembros del grupo y la unidad. Es el típico grupo que se merece que les den una oportunidad, porque además son para escuchar en cualquier momento.