Pasar un rato con Rebeca Khamlichi es como estar dentro de una de sus pinturas. Con su carácter alegre y lleno de vida, consigue que allá por donde pasa todo se transforme en un universo de colores y motivos surreales.
Para que podáis ver hasta dónde llega lo que os contamos de Rebeca, esta entrevista fue realizada mientras apurábamos un zumo de color verde, entre risas, y cosas muy serias, como su trabajo y su amor por los galgos.
LBM – ¿Qué pinta Rebeca en todo esto?
Rebeca – Todo y nada. Al principio lo que pintaba era más yo. Ahora pinto cosas que me gustan pero no pongo implicación personal en ninguna de mis pinturas. Bueno… excepto los que pinto a Mario.
LBM – Si las ocasiones las pintan calvas, ¿por qué pintas santas?
Rebeca – La explicación es muy sencilla, mi padre es árabe, mi madre de Zamora, por lo que he tenido siempre referencias religiosas y he podido verlo como lo que son; iconos. Ten en cuenta que desde pequeña he vivido con dos religiones que se pisan y no se entienden, al final te quedas con lo que realmente mola de verdad, esos iconos, que es imposible que no te gusten porque llevan dos mil años de marketing continuo. Bueno, y porque tengo corazón de tonadillera (risas).
LBM – ¿Qué llevarías por él?
Rebeca – Pues casi cualquier cosa (risas) de momento cuatro tatuajes, en uno de ellos pone hay amores que aman. Pero sobre todo, por él me controlo para no adoptar treinta perros abandonados y vivir en manada con todos ellos.
LBM – Un Top cinco de ilustradores para no dejar un solo hueco libre en la pared de tu casa.
Rebeca – Pues Mateo Dineen que no se parece a lo que yo hago pero me encanta infinito. Rubenimichi que es increíble. Así a lo grande, uno del Greco, y sería perfecto El Paraíso de Tintoreto. Me gusta mucho Ramón Maiden, que tatúa vírgenes y pósters antiguos.
Siempre recuerdo el Jardín de las Delicias del Bosco, que lo vi una vez en El Prado. Fue bastante impresionante para mí porque siempre he conocido todos los cuadros a través de mis padres que son pintores, pero ese no. Me encontré delante del cuadro y solo pensaba ¿qué locura es esta? No podía dejar de mirar aquello, que me parecía una locura maravillosa.
LBM – ¿Cuál es tu criptonita?
Rebeca – Que me critiquen a mí como persona y no por el trabajo que realizo. Eso es algo que llevo muy mal, porque siempre lo hacen personas que no me conocen a nivel personal. Me juzgan por ser rubia y porque me gusta la barra de labios, es una injusticia.
LBM – Un postre, un color, y una meta que definan.
Rebeca – ¡Uff que difícil! Postres, los de viejas (risas)
LBM – Define postres de vieja
Rebeca – El helado de turrón, la contesa, bolitas de coco, borrachitos (risas) Dame postres de vieja y soy feliz. Un color, pues imposible, no podría ser uno solo, es depende de la época en la que me pilles, cada uno representa una cosa, y en mis cuadros son vitales. En el cuadro con el que estoy ahora el naranja, salmón pero flúor porque es el que más me ha costado conseguir hoy. Una meta… mañana en El Retiro que tengo que llegar viva al final de la carrera de la mujer (risas)
Una meta a largo plazo, seguir haciendo lo que me gusta, sin que me influya ni me cambie la criptonita.
LBM – Dinos en pocas palabras lo que nunca pintarías.
Rebeca – El logo de Pacha, el de Penélope, o el del conejito de Playboy, bueno, tal vez el conejito de playboy lo pinte alguna vez en una virgen, pero prometo que será un detalle muy pequeño (risas).
LBM – ¿Qué haces para llevar la expresión que mono a su máximo exponente?
Rebeca – Pues la verdad, me habéis pillado en un momento muy majo en el que he decidido auto retratarme y por eso pinto monos todo el tiempo. Soy muy pastel, por eso el contrapunto es que le pongo a todos títulos muy trágicos, a la vez sin importancia (risas)
LBM – Un slogan para que todo el mundo piense que es genial tener un Khamlichi en la pared de su casa.
Rebeca – Os tenéis que llevar muchos Khamlichis para que yo pueda comprar todos los que me gustan.
LBM – ¡Financia el arte que me gusta! Genial slogan (risas)
LBM – ¿Es verdad que tu creatividad corre tan rápido como un galgo?
Rebeca – Sí, claro. Como un galgo viejo que solo quiere dormir (risas). Me parezco mucho a los galgos, en mis ideas también. Los galgos corren muy rápido, y luego duermen todo el día, a mí se me ocurren muchas ideas, y luego tardo meses en terminarlas. La gente piensa que los galgos son nerviosos, pero en realidad son súper majetes y tranquilos, como un gatico. Por favor, adoptar un galgo, y mándame una foto, con eso os declararé mi amor eterno. Hay muchos en las perreras, por favor adoptad.