El nombre de Brian Hunt resuena a menudo en los ambientes más musicales de nuestro país. Si eres de los asiduos a las salas de la capital, es prácticamente un hecho que te has cruzado con esa silueta llena de glamour y misterio que bajo sus icónicas gafas, ha logrado poner algo de su toque artístico en los discos que escuchas.
Productor, músico profesional para otras bandas, compositor y propietario del Espacio El Invernadero, nos abrió las puertas de su hogar para hablarnos acerca de sus proyectos, en especial de su segundo disco en solitario; Love/Unlove, que vio la luz durante el 2016 y que se posicionaba rápidamente en las aclamadas listas de lo mejor del año.
Dentro de la burbuja musical que lleva su firma podrás encontrarte de lleno con estos pensamientos e ideas que compartió con nosotros;
LBM – Love/Unlove, ¿crees que uno no puede vivir sin el otro?
Brian – Sí, si el amor no se muere podría quedarse con vida esperando y así no tener que descubrir que es el desamor. Me hace mucha gracia escuchar la palabra Unlove, porque no existe en los diccionarios, pero es que no suena igual Love and Hate que Love Unlove. Por mucho que mi padre siempre me regañe diciendo que para él no tiene ningún significado (risas).
Sí que siento que desde un tiempo a esta parte, ya no soy tan romántico. Me da la sensación de que el amor tiende a morir siempre.
LBM – Nos amenazaste con dejar la música antes de tu concierto en el Teatro del Arte Nuevo, ¿sientes que la clave para seguir haciendo música es que no desaparezca nunca ese amor adolescente por ella?
Brian – Sí, yo sigo teniendo esa sensación. La gente que se dedica a la música de forma profesional muchas veces, a pesar del dinero que gana haciendo algo que le gusta, pierde esa sensación y termina por dejarlo. Cuanta gente conocemos que se ha enriquecido con un One Hit Wonder y nunca más han vuelto a hacer nada. Es posible que esas bandas o músicos, no sintieran ese amor por la música o por lo que estaban haciendo.
Creo que los grandes que se consolidan haciendo música memorable es porque en realidad son unos apasionados.
LBM – En tu vida casi dual de productor-compositor ¿qué parte encuentras más divertida?
Brian– Cuando las dos son aburridas se puede decir que ambas son un auténtico coñazo (risas). Componer y producir tu música suele ser lo más gratificante del mundo. El problema es cuando trabajas en alguna de las dos cosas con algo que o no te convence o no te motiva. Ahí está el verdadero problema.
«El dinero se acaba y las buenas canciones no. Esas siempre están ahí. La música es como si el dinero no se acabara nunca. Produce lo mismo.» - Brian Hunt -
LBM – Cuéntanos que es para ti el éxtasis musical ¿escuchar a Wilco por ejemplo?
Brian – (Risas) Sin lugar a dudas. Hace poco un grupo al que producía me preguntó por este título, que si lo había usado para referirme a la banda y les conté que tenía la canción y que no me terminaba de convencer, ante la posible acusación de que alguien me dijera que había plagiado pues ya me llamé yo a mí mismo “copiota”. Al día siguiente, fui a poner música en el estudio y estaba seleccionado el Yankee Hotel Foxtrot, no sé quién lo había seleccionado, pero no pude evitar escucharlo entero y sentir que es un disco maravilloso que puede emocionarte.
Actualmente, a nuestra edad, es difícil que un disco te emocione. Yo creo que el éxtasis musical es escuchar algo que te haga volver a sentirte adolescente.
LBM – Si el dinero puede hacer sentir tan jodidamente bien ¿qué puede producir un puñado de buenas canciones?
Brian – Me apetece contestarte; el éxtasis musical (risas). El dinero se acaba y las buenas canciones no. Esas siempre están ahí. La música es como si el dinero no se acabara nunca. Produce lo mismo.
LBM – ¿Tal vez eso era lo que buscabas con un doble trabajo?
Brian – Cuando hice el disco tenía ambos estados de ánimo y plasmarlos en un disco fue sincero. En realidad no fue algo totalmente premeditado al principio, lo fui descubriendo a medida que avanzaba.
LBM – ¿Se siente Brian Hunt pasajero de un tren que lleva su propia velocidad?
Brian – Soy de los que cogen un tren porque me inspira algo y a medida que voy en él si hay alguna parada que me interese, me bajo. La verdad es que nunca he sido de los que cogen los trenes o los caminos sabiendo a donde llegan, sino que me dejo llevar según avanzo.
LBM – ¿Tener un precioso refugio como es El Invernadero ayuda a ordenar ideas y sentimientos musicales?
Brian – Supuestamente sí, pero sí que es cierto que cuando hice el disco, había emociones muy fuertes respecto a la ruptura que acababa de tener y al propio Espacio El Invernadero. Ahora, me doy cuenta por ejemplo de que a veces estoy grabando en el estudio y hay otros músicos, componiendo letras incompletas o simplemente tocando canciones que están a punto de ser grabadas y me gusta que el propio espacio sea tan musical. Esa actividad me hace sentir rey de mi reino (risas).
LBM – Cuando ves el panorama musical actual ¿hay algo que te quite el sueño (para bien o para mal)?
Brian -No, solo me quita el sueño que sea un mundo tan difícil. Siempre se habla de la crisis, el IVA… yo creo que los problemas económicos siempre han existido y han condicionado a los profesionales del sector. Ahora es mucho más sencillo hacer música en tu casa, grabar a tu grupo, colgarlo, es todo más inmediato. Eso desemboca en que la música sea algo más feroz en cuanto a competencia, porque hay mucha gente haciendo cosas buenas que puede llegar al público.
La gente que se dedica a la producción lo tiene más difícil. Esa gente suelen ser los más afectados a la hora de que disminuyan los conciertos, reduzcan los aforos, por ejemplo en Madrid. Parece que los músicos somos los héroes y al final, ellos, que están en la sombra, trabajan muchísimo para que podamos ver lo que está sobre el escenario. Eso me duele y a menudo me da que pensar.
LBM – ¿Volar del amor al desamor con escala en la sinceridad produce Jet lag?
Brian – (Risas) ¡Qué metafórico! Sí produce Jet lag y además dura mucho más del que produce un viaje normal.
LBM – La pregunta John Connor: Si tu yo del futuro viaja al pasado para darte dos consejos ¿cuáles serían?
Brian – Sin duda me diría a mí mismo que me esforzase más por mi propia carrera en solitario y por mi carrera como productor. Creo que empecé muy tarde, siempre bajo las excusas de hago lo que me divierte y salgo de las etiquetas. Además cuando saqué mi primer disco (I lost my glasses) y tras haber estado tan involucrado en los trabajos de Russian Red, la gente se esperaba mucho más y eso me hizo pensármelo más para hacer el segundo.