Debemos marcar el 28 de octubre de 2017 en el calendario, debemos señalarlo bien fuerte, pues ese día, Amaral, volvieron a agotar las entradas en un recinto con un aforo descomunal. La larga gira de Nocturnal, que dio comienzo en Latinoamérica, tocaba su fin en Madrid. Todo estaba preparado y el Palacio de los Deportes de siempre, ahora Wizink Center, lucía engalanado para la ocasión. Con el cartel de Sold Out colgado en las últimas horas, el público comenzaba a impacientarse. Se notaba en el ambiente y en las ganas de todos, que la noche iba a ser especial.
Por fin llegó el momento, la espera había terminado. Las luces se apagaron y por un instante todo se sumió en un profundo silencio, que se rompía con All tomorrow´s parties de la Velvet Underground. Eva y Juan salían al escenario escuchando como casi 13.000 personas rugían ante su presencia. Saludo de rigor y, sin dar tregua, comenzaban con la ya habitual obertura de Unas veces se gana y otras se pierde para lanzarnos directos hacia su mítica Revolución de manera casi Kamikaze, logrando contagiarnos esa locura espectacular a la que nos tiene acostumbrados.
El set list clásico de los de Zaragoza se iba desgranando, pero tal como habían prometido la noche escondía sorpresas. Aproximadamente hacia la mitad del espectáculo Eva y Juan, se quedaban solos en el escenario con una guitarra y ese, sin duda, se convirtió en el momento más especial de la noche. Eva recordaba como a su llegada a Madrid se inspiraron en una frase que solían utilizar cuando tocaban en el mítico local La Boca del Lobo, “El Sol Sale Para todos”, para cantarnos Un día más. Al termino Juan tomaba el micrófono para explicarnos que había releído una crónica de hace ya unos años sobre un concierto reducido y muy especial en la Sala Sol, en el que Eva tenía gripe. Recordaba que el titular era algo así como “Amaral sin red o sin salvavidas”. Después de varios cambios en su trayectoria afirmaba que esa red era el público que siempre les ha acompañado. Su público.
Confesando que la canción que iba a sonar solía encantarles a los niños, Eva, agradecía su presencia a aquellos que estaban en el concierto y le dedicaba Salta a Mariana. Coreando todos al unísono, pequeños y grandes demostramos que la música nunca debería ser dividida por edades.
No sería justo omitir que hubo una frase que quedó grabada en mi memoria: “Hoy esta canción tiene más sentido que nunca, hoy es el principio del final”. Sí, el sábado fue el final. La gira Nocturnal termina y que no sabemos dónde les llevarán sus pasos en el futuro. Yo, por mi parte, si pudiera congelar el tiempo, lo tendría muy claro, me habría quedado allí para siempre. Lástima que el tiempo no se detenga por nadie. Espero de veras que los de Zaragoza pongan la música tan alta que no puedan pensar, que se tomen su tiempo, para luego mostrarnos un nuevo mapa de viaje en el que acompañarles.
Crónica: JJM
Fotos: JT