Carmen París es una de esas personas a las que al minuto de conocerla, te hace sentir que sois amigas de toda la vida. Quedamos con ella en el frente fluvial de Zaragoza (sin saber ninguna de las dos donde estaba aquello; los maños vamos así, a lo loco). Acaba de presentar su disco “Ejazz con Jota” y nos cuenta con el encanto y el humor que la caracterizan como avanza su proyecto de llevar la jota a las Américas.
LBM – ¿Qué impresión te llevas del concierto del estreno de “E-jazz con Jota” en Zaragoza?
Carmen – ¡Impresiones buenísimas! Lo primero el cariño de la gente que me abruma. Me emociona ver que la gente me apoya, que me quiere. Y que les gusta lo que hago y les emociona. Para mí eso es lo más importante: Ver que ha habido buena respuesta y que había expectación.
LBM – Además el disco está teniendo muy buena acogida.
Carmen – Sí, sí. Veo que la gente lo ha entendido. Yo cada vez que saco un disco pienso: “Bueno a ver como se lo toma el público”. Porque soy consciente de que hago cosas que no son habituales. Y percibir que la gente, incluso la gente mayor, lo ha entendido, les gusta y les emociona pues me parece impresionante. Me decía una señora mayor: “Pues chica, aunque no te entienda al cantar en inglés, me emocionas igual”.
LBM – Has recuperado temas de trabajos anteriores como “Jotera lo serás tú”. ¿Cómo elegiste las canciones que forman parte del disco?
Carmen – Hice canciones nuevas y he incluido tres de los discos anteriores porque eran las que ya tenían el concepto que tiene este disco: Jotas hechas con armonías de jazz. Y como además con alguna de ellas, con “En mi Pecho” concretamente, no me quedé muy contenta en el primer disco del enfoque que le había dado el productor (que no era el mío), entonces me he resarcido y por fin la puedo escuchar como yo me la imaginé. Y luego también “Jotera lo serás tú”, que tiene chotis, ranchera y tal, y ya con esto era ampliar el abrazo e incluir también Estados Unidos en el hermanamiento. Son las que eran ya de la onda del disco.
«La música y las artes en general: La gente de de mi gremio, de la cultura, estamos en peligro de extinción» - Carmen París -
LBM – Y lo has grabado en Boston, ¿qué tal lo de llevar la jota a Estados Unidos?
Carmen – Ahí no habían oído nunca hablar de la jota. Para ellos la música española es el flamenco. Se quedaron alucinados porque además les sonaba a música española sin que tuviera guitarra; porque siempre habían identificado la música española con la guitarra. Y yo les expliqué que la jota también lleva guitarra y más cuerdas pulsadas (la bandurria, el laúd…) y que la propuesta que hago es que pusieran su tipo de música como acompañamiento en lugar del de las guitarras. Entonces era como que descubrían algo nuevo pero que a la vez les sonaba muy familiar.
LBM – Con el disco anterior te fuiste a Cuba, con este a Boston. ¿Sabes ya a donde te llevará el siguiente? Poco te queda ya…
Carmen – ¡Aun me quedan! Me quedan: Brasil, Venezuela, Colombia… Porque me he enterado de que hay jotas en Venezuela y en Colombia, muy interesante. Y luego con la música brasileña también he hecho algún guiño en los discos anteriores, pero me gustaría hacer como he hecho con este: Enfocarlo más en serio. Es que a mí la música brasileña me encanta y se puede hacer algo ¡muy curioso!
LBM – ¡Siempre lo consigues hermanar todo! ¿Alguna vez no has podido?
Carmen – De momento no. Bueno, igual alguna de las que haya descartado porque no me convenciera… Pero poquicas, ¿eh?, poquicas he descartado. Normalmente cuando me meto a ello es que ya me lo creo de antemano.
LBM – A pesar de tu aversión a la tecnología, has ido consultando cosas con tus seguidores en las redes sociales como la portada del disco, has colgado vídeos…
Carmen – Sí, sí, pero eso es con la ayuda de los chicos de mi oficina. Miguel y Jorge son los que me llevan esto, y aquí también Nacho Catalán que es el que me lleva todo el ecosistema y la web. Y ellos son los que me dicen: “¡Venga, vamos a hacer esto!”. Y por mi estupendo. Ellos me mantienen activa en la red. Pero yo nada. Les llamo y me dicen lo que va poniendo la gente y yo les digo: “¡Ah, pues diles ‘¡Oye, chavales! que si tal, que si cual’”. Se lo dicto por teléfono y ellos me lo ponen. (risas)
LBM – Hace unos años, en 2008, en una entrevista te comentaron que en los conciertos de la Expo llenaste más que Bob Dylan y contestaste que era por la importancia del “factor maño”. ¿Se puede conservar el factor maño catando en inglés?
Carmen – (risas) Sí, totalmente, ¡totalmente como demuestro en este disco! Se puede ser maña a la par que norteamericana.
«Hace falta que haya más mujeres tocando instrumentos, componiendo, escribiendo letras…, para que sirva de referente para las nuevas generaciones» - Carmen París -
LBM – Ese mismo año, en otra entrevista le preguntaste a Eva Amaral si ella consideraba que se estaban tomando las medidas necesarias para que la música no se fuera al carajo en diez años. Ella respondió que en absoluto. Tú cinco años después, ¿qué piensas?
Carmen – Exactamente eso. No solamente es que no se estén tomando las medidas para que la música no se vaya al carallo, sino que se están tomando las medidas para terminarla de hundir. La música y las artes en general: La gente de de mi gremio, de la cultura, estamos en peligro de extinción. Ahora la cosa va más allá: O sea, no es que no estén tomando las medidas para evitar el hundimiento, no; lo que están haciendo es fomentar el hundimiento. Eso es lo que pienso cinco años después.
LBM – ¿Qué canciones te gustaría hermanar con la jota?
Carmen – Mmm… ¡Jo, es que no me acuerdo de cómo se titula esa canción! Es una de Terence Trent D’Arby, que era un artista de hace años, un rastas norteamericano, pero no me acuerdo del título… (Empieza a cantarla a ver si da con el título). ¡Porras, no me acuerdo de cómo se titula! (Era Sign your name).
Pues mira te voy a decir otra: el “Spain” de Chick Corea. Y cualquiera de las canciones que cantaba la brasileña Elis Regina, que ya hice algún experimento en los tiempos que cantaba por aquí por los garitos.
LBM – ¿Cuál es tu próximo concierto?
Carmen – Es el lunes que viene en Nueva York. Canto en un festival que se llama “New Music Seminar”, que ya lleva años haciéndose en Nueva York, pero nunca había estado España representada. La SGAE nos ha seleccionado a tres artistas españoles que somos: Coque Malla, Depedro y yo. Vamos a representar a España y yo actuó el lunes. ¡A ver qué les parece la jota a los de allá! Van a flipar porque nunca lo han oído.
LBM – ¿Y qué planes de futuro tienes?
Carmen – Pues este verano voy a estar ensayando un espectáculo nuevo pero que es viejo. Lo hice hace veintidós años: “Carmen Lanuit”, una obra del dramaturgo Alfonso Plou. Es un teatral musical, lo vamos a retomar y este verano lo vamos a preparar.
Ese es el plan inmediato. Entonces tendremos varias opciones en cartera: Los conciertos que doy yo sola al piano, el espectáculo “Carmen Lanuit” y el disco de “Ejazz con Jota». Y a ver si así, sumando cosas, no tenemos que emigrar de España. Esperemos que podamos subsistir trabajando aquí en casa.
LBM – Y para acabar ¿Una recomendación musical de Carmen París?
Carmen – María Rozalén, que la conocí hace poco. Me invitó a cantar con ella en un concierto y me quedé flipada porque hacia giros y cosas de las que hago yo en la jota. Y me dijo: “Pero claro, ¡sí yo he crecido con tu música!”.
Y también otra cantante jovencita que se llama Zahara. Me la encontré el otro día en la radio, ella estaba también haciendo promoción y me dice: “¡Pero si mis padres son admiradores tuyos y yo desde niña también!”. Me dio su disco para que escuchara la influencia que había tenido en ella.
Esto me parece precioso. Una de las cosas que yo siempre he dicho es que en España hacen falta mujeres músicas que sean referencia para las nuevas generaciones. Porque si las chicas solo tienen referentes femeninos en la música como las lady gagas, beyonces, rihannas, miley cyrus… Pues las niñas quieren ser eso, interpretan dedicarse a la música como eso. Entonces hace falta que haya más mujeres tocando instrumentos, componiendo, escribiendo letras…, para que sirva de referente para las nuevas generaciones. Por lo tanto, que haya influenciado en la manera de ver la música de estas artistas para mí es una maravilla, un sueño cumplido.