VIERNES
El viernes parecía que Madrid se encontraba en el epicentro de una tormenta de proporciones bíblicas, lluvia, truenos y hasta granizo, hacían que las previsiones no fueran demasiado halagüeñas para el Tomavistas, un festival que en todas las ediciones hasta ahora ha tenido la suerte de encontrar el tiempo a su favor. Unas horas antes de dirigirnos al recinto, cesó la lluvia, salió el sol y nosotros, con los dedos cruzados y haciendo la danza de la NO-lluvia, emprendimos un año más, cuarto arropando a esta cita, el camino hasta el parque Enrique Tierno Galván.
No nos acostumbramos a llegar a ese bello espacio enmarcado en medio de nuestra ciudad y poder disfrutarlo como lo hacemos el fin de semana que el Tomavistas cuenta con él como base. Ni la lluvia de las horas previas fue capaz de empañar el enclave. Justos, con paso apretado, mientras el recinto ya lucía bastante lleno, nos situábamos delante del escenario pequeño para ver a Disco Las Palmeras!. Estrenando trabajo, se tomaron su tiempo sobre el escenario muy en serio, sonando, como ya es costumbre impecables. Aunque este disco tenga como diferencia con los anteriores una disminución en su contundencia eso no ha afectado en absoluto a sus directos.
El siguiente paso, nos hacía cambiar de escenario para ver a los argentinos Él Mató A Un Policía Motorizado. Siempre que nos ponemos delante de esta banda la experiencia termina con una apoteosis en la que solo cabe una sonrisa y cantar bien fuerte junto a Santiago Motorizado, su líder. El viernes fue similar a todas las anteriores ocasiones, himnos entrelazados con las canciones que componen la Síntesis de O´Konor y sobre todo esa manera de salirse de la media de forma natural. Hacía la mitad del concierto, las nubes amenazadoras que se cerraban sobre nuestras cabezas comenzaron a descargar pero al contrario de lo que cualquiera podría pensar, la mayoría de los presentes se mantuvieron firmes a pie de escenario. Los más previsores solo tuvieron que calzarse la capucha y comenzar a danzar como si de una epifanía se tratase. Así, viendo “la luz” y calados hasta los huesos nos refugiamos bajo lo que encontramos, volviendo a pedir que cesara cuanto antes y no hiciera que nos suspendiera más que un concierto.
Levantar el festival después de la tunda de agua que nos azotó no era tarea sencilla, pero lo que está claro es que la apuesta de Superchunk siempre es segura. Con una sonrisa y todo el Power Pop a su servicio, hicieron entrar en calor a los valientes congregados a sus pies. Puede que en muchas ocasiones la experiencia sea un grado, pero en esta la experiencia fue sencillamente una apisonadora, los que al inicio lucían un aura un tanto gris terminaron por contagiarse de esa atmósfera feliz que logran transmitir.
Decir que Belako triunfaron es quedarse muy corto. Los nuevos aires, el estilo y sobre todo la buena música, hicieron que el escenario pequeño se quedara minúsculo para tanto público y sobre todo para tanto talento. Si Belako son considerados dentro y fuera de nuestras fronteras una auténtica promesa, el viernes lo demostraron a base de música y actitud. Nos dieron que pensar, ¿creéis que el año que viene el ayuntamiento nos dejará expandir unos metros el terreno del escenario pequeño?
El plato fuerte de la noche lo servía Ride. La lluvia primaveral dejo paso a un cielo tremendamente despejado, a una luna brillante y a unos cuantos adeptos que no querían dejar pasar la oportunidad de cruzarse con unos gigantes de la música. Clásicos, impecables, pero faltos de esa conexión con el público (probablemente buscada), dieron su espectáculo al milímetro.
La hora de sacar los “zapatos de baile” daba inicio con Javiera Mena y séquito, que ponían al alcance de la mano el espectáculo mientras lidiaban con algunos problemas técnicos. El frío que conllevaban los pantalones y zapatillas caladas nos hicieron abandonar el recinto mucho antes de lo que esperábamos. Una retirada a tiempo… no es para nada una victoria, es una faena como un camión si hace que te pierdas a los Novedades Carminha.
SÁBADO
¿Madrugar para llegar a ver el vermut de La Bien Querida? Sí, gracias. Hace ya unos meses que nos dejamos quemar en el Fuego de Ana. Hemos cantado con este disco a plena voz en grito, hemos bailado de forma exagerada, hemos sentido, llorado… uff este disco conlleva demasiado. Desde nuestro punto de vista ha logrado con él estar a la altura que exige una carrera de éxitos como la suya.
Con una banda maravillosa entre la que se encuentran músicos como Brian Hunt, Nieves Lázaro o Juanma Padilla, además del fiel David, bordaron un aperitivo maravilloso, dejando de nuevo claro que el escenario pequeño necesita esa ampliación.
El horario de Tulsa era complicado, el hambre hacía un pelín de mella y tuvo que lidiar con ese contratiempo. Salió, tocó y conquistó, no en vano Miren tiene sus adeptos dispuestos a pasar hambre por su música.
Lo de Kokoshca era una promesa. Una de esas que no se olvidan, de las que nos da derecho a exigir. Pero Tomavistas siempre cumple y tal como habían anunciado cuando el año anterior el concierto de Kokoshca se tuvo que cancelar por una urgencia médica de Álex, su batería, les confirmaron en la primera tanda. Nos quitamos la espinita y ¡de qué forma! Lo que está claro es que esta joven banda se ha convertido en una de nuestras apuestas favoritas y no dejan de reafirmarlo.
Hace unos meses, durante una sobremesa bonita, Álex Penido, batería de Maryland, nos recomendó encarecidamente a Altin Gün. Había muy poco material publicado de esta banda turca, pero esa forma de hacer psicodelia nos voló bastante la cabeza. A veces hace falta un grupo así a una hora temprana para danzar como si estuvieras en la cueva de Ali Baba. Mostrarton mucha garra y resolvieron todo en perfecta comunión. Al parecer muchos, como nosotros, apostamos por esa tendencia en la que el Tomavistas es un experto: descubrir en directo grupos a los que no conoces.
Decir que lo de Chad VanGaalen fue solo un concierto se queda muy corto. Con la mejor de las sonrisas nos lo cruzamos por el festival, mezclándose con el resto del público como si de uno más se tratase, luego cuando estaba sobre el escenario, no solo alabó nuestra ciudad, a Picasso o el enclave del festival, también demostró su compromiso con el medio ambiente animándonos a consumir menos plásticos. Si su música ya nos ganó hace tiempo, lo cierto es que la sencilla forma de ser de este canadiense nos enamoró por completo. Por favor, un concierto suyo en una sala debe ser una auténtica gozada, nosotros nos apuntamos seguro.
Melange hacen gala de ese rock clásico al que siempre hay que volver. La caída de la tarde hizo que su concierto se llenase de estampas bastante bellas.
Para ser sinceros ver a El Columpio Asesino con luz es algo a lo que no estamos acostumbrados. Esa hora madrugadora, al contrario de lo que muchos podrían haber pensado, les granjeó un lleno completo. Las gradas comenzaban a verse bien repletas y los himnos con los que cuentan en su repertorio se escucharon con fuerza.
La cosa se animaba y lo canalla tomaba fuerza con Perro. El recién parido Trópico Lumpen arrasó con fuerza cuando vio la luz hace unos meses y tener a Perro en el cartel es ya un clásico del Tomavistas. Con unos visuales perturbadores y fascinantes a la vez (obra de Héctor de la Puente) nos dieron una lección sobre como olvidarse un bajo y cargarse la cuerda del que te han prestado. Coreando las consignas de Murcia soterrada o Murcia es África los fans de Perro les dieron lo que se merecían: una ovación mayúscula y una salida en volandas.
The Jesus and Mary Chain son parte de la historia de la música por eso tener la oportunidad de disfrutar de ellos en directo se merece el mayor de los aplausos para la dirección del festival. El escenario grande se convirtió en un arsenal de amplificadores dispuestos a distorsionar nuestros oídos. Sonó con una intensidad que jamás habríamos podido imaginar. Nunca podremos olvidar como cantamos el Just Like Honey, ese himno de nuestra vida, en el Tomavistas 2018.
Los Planetas. Sí señores, uno de los grupos con el grado más alto de amor/odio del panorama nacional, hacían su aparición en el escenario grande. La decisión de incluir su nombre en el cartel no estuvo exenta, como es costumbre, de polémica. Con gran diplomacia, pitillo en mano y la intro que les acompaña en esta gira, Islamabad ponía el contador en marcha.
Carne de gallina y hasta lágrimas al mirar a nuestro alrededor contemplando como 13.000 almas nos rendíamos ante su música. Nunca habíamos visto las gradas del Enrique Tierno Galván tan plagadas. Enhorabuena Tomavistas, vuestro baño de masas vino acompañado de un concierto bordado por los de Granada.
Fue un buen día, fueron 20 años de canciones que nos han acompañado, que nos han moldeado, fue el espíritu olímpico poseyéndonos, fue todo y más. Fueron Los PUTOS Planetas haciendo que la palabra emoción se quedase corta.
Como comprenderéis con ese subidón de tamaño del parque completo, no quisimos mezclarnos con el resto de la noche. Nos fuimos a casa cantando por el camino los himnos generacionales que más nos gustan a la par que chillábamos ¡Tomavistas, Tomavistas!
Dios te guarde Tomavistas, reducto de la música en directo.
Autora; Shara Sánchez
Fotos; JTJ / Toe