La puesta de largo en Madrid de «Meridiana», el primer disco de Enric Montefusco en solitario, tuvo lugar el pasado sábado en Joy Eslava.
Ya hace unos meses de la presentación en el Teatro Lara, y de su paso por el Festival Tomavistas, así que había mucha expectación por ver como sonarían Enric y los suyos esa noche en la capital.
Nos recibía una bandera española en la puerta de la Joy, lo que nos hizo saber que muy a nuestro pesar, la situación política actual también se iba a colar en nuestro concierto esa noche, y es que solo faltaban unas horas para el 1-0.
Salieron puntuales al escenario y, desde la primera canción, ya tenían al público en el bolsillo. Si algo caracteriza la nueva faceta del que fue líder de Standstill (ay, Standstill, ¡cuánto nos distéis!), es esa cercanía con las personas que estamos frente a ellos. Enric consigue hacernos formar parte de su universo mágico a través de sus letras y contando las vivencias que inspiraron cada una de ellas. Los primeros acordes de «Meridiana» le hicieron reflexionar sobre el papel que nosotros jugamos en este momento de incertidumbre política, palabras que fueron recibidas con aplausos que en seguida quedaron camuflados bajo la preciosa melodía de la canción. Meridiana es una canción llena de luz y nosotros la noche del sábado no queríamos sombras, así que nos dejamos envolver por ese primer rayo de sol naranja y nos dejamos llevar hasta las casitas de colores.
Los músicos siguieron mostrándonos toda su artillería, y como era de esperar no sólo sonaron canciones de Meridiana: «¿Por qué me llamas a estas horas?», de Standstill, apareció antes de lo esperado. Nos faltó tiempo para ponernos a saltar y a bailar y dejarnos las gargantas con «romper un silencio así no tiene perdón».
Seguían alternándose instrumentos en el escenario, el acordeón daba paso a la trompeta y el violín a la tuba, no faltaban ni teclados ni tambores, y es que otra cosa no, pero Enric ha sabido rodearse muy bien de «hombres orquesta», y entre ellos y los golpes de batería hacen que todo suene redondo y en su sitio.
Sin duda uno de los momentos más emocionantes del concierto tuvo lugar con “El riu de l’oblit”. Enric nos pidió permiso para cantarnos en catalán una de las canciones más personales de su último trabajo, tras la cual recibió una ovación tal que no pudo contener las lágrimas de emoción.
Los minutos siguieron volando a través de “vida plena” e incluso una versión de Albert Plá que «los Montefusco» han llevado a su terreno y nos recuerda que no podemos fiarnos de nada de los que nos digan (“todo es mentira”), y de repente nos encontramos de nuevo con Standstill, gritándole a Enric “adelante Bonaparte, que vamos tarde”.
Como ya es costumbre en sus conciertos, el final tuvo lugar entre el público. Ese momento de comunión en el que todos cantamos y damos palmas a su alrededor en “obra maestra” y “todo para todos” están haciendo que esta gira de Meridiana se quede para siempre es nuestra retina y en nuestros corazones.
Estoy convencida de que todos los que asistimos al concierto de Enric Montefusco el sábado salimos de la sala siendo un poco mejores, así que ya solo me queda darle las gracias y pedirle por favor que no tarde en volver.
Texto y fotos: @Mrs_Hannah