Lapido – Pues el título del álbum hace referencia al doble sentido que tiene la expresión: el sentido coloquial que se le da a la forma de entretenerse cuando alguien no sabe muy bien qué hacer y luego, el sentido literal de luchar contra el paso del tiempo, de intentar asesinar al tiempo antes de que el tiempo acabe contigo.
Yo creo que mi forma preferida de luchar contra el tiempo es hacer canciones que perduren más allá de lo que me quede a mí de vida. Creo que esa era la forma de humor negro que hay en el título.
LBM – Uno de los temas, “Está que arde”, ¿hace referencia a como está el país?
Lapido – Sí, puede ser. Está claro que mis canciones parten de la realidad que me rodea y la realidad que vivimos ahora mismo en España es la que es y no podría describirla de otra manera que con esa canción: la cosa está que arde.
LBM – La música, la cultura, ¿las han dejado en este país al azar?
Lapido – No, lo que están haciendo con la cultura no creo que haya sido una cosa no premeditada. Yo creo que ha habido una intención por parte del poder político de poner todas las trabas posibles para el desarrollo de la labor de los creadores. Y creo que con las medidas que están tomando, sobre todo la última de la subida del IVA en los productos culturales, lo que están haciendo es cavar la fosa de todo el sector, ya no solo el musical, sino el teatro, cine…, todas las expresiones que tienen que ver con la cultura.
En ese sentido, no creo que sea una cosa al azar, ni que no hayan pesado antes en las consecuencias. Sino que lo han hecho muy a propósito y que viene dado por una forma que tienen ellos de entender la cultura y de entender el mundo, que es totalmente contrapuesta a la mía.
LBM – ¿Es un disco que nace más de la esperanza o de la rabia?
Lapido – Yo creo que se conjugan las dos cosas. Como ya he dicho, mis canciones nacen de la realidad que me rodea, pero sería un ejercicio inútil encerrarse en esa habitación a oscuras si no tuviéramos una rendija que se abre por la que entra un pequeño haz de luz y no viéramos una pequeña luz al final del túnel.
Yo creo que en sí mismo el hecho de dedicarse a hacer discos y grabar canciones en esta época ya es un ejercicio un poco esperanzador. Porque al fin y al cabo, aunque partas de una realidad triste, lo que intentas al hacer canciones es crear emociones en la gente y crear en cierto modo belleza, de alguna manera, hacer feliz a la gente. Yo creo que por ese lado veo una tabla de salvación; cualquier expresión artística me sirve como tabla de salvación.
LBM – Tienes ya una carrera muy larga a tus espaldas, sabemos que tienes muchas facetas en las que sueles trabajar, no solo la de un gran guitarrista, ¿en cuál te encuentras más cómodo?
Lapido – Bueno, en el plano musical la verdad es que ejerzo un poco de Juan Palomo: Compongo las canciones, las canto, toco la guitarra, produzco los discos y los edito también, por si no era suficiente.
En ese aspecto, la faceta que más me gusta es la de compositor, porque ahí me estoy enfrentando con mis propias dudas. En el momento en el que estás creando una canción tienes que elegir caminos que tomar y es una aventura. Es como construir un puzle sin saber los dibujos que hay en cada pieza. Y al final, creo que influye mucho el oficio que uno tiene ya, y las piezas van encajando. Para mi es una labor muy creativa.
Luego, el desarrollo de esas canciones en directo y el contacto con la gente para mí es muy satisfactorio. La otra faceta de editor de discos es un poco obligado por las circunstancias del negocio, pero bueno, se hace también con actitud.
LBM – ¿Pentatonia Records es una apuesta personal por una necesidad de crear ya el círculo completo en la producción de un disco o es una respuesta a la situación real que hay en la música y no hay otra alternativa?
Lapido – Hombre, quedaría muy bien decir que es un concepto global en el que me metí… (risas) No, la realidad es que Pentatonia la creé en 2005 como solución al problema de que me había quedado sin compañía de discos. Estuve buscando y no encontré ninguna compañía interesada en editarme el disco que en aquella época tenía entre manos. Entonces, ante la disyuntiva de quedarme esperando una llamada que nunca se iba a producir o hacerlo por mi cuenta, opté por esta segunda opción y creo que a la larga ha sido una decisión acertada.
He visto que otros muchos artistas han elegido también la autoedición como forma de sortear las dificultades, ya que la industria discográfica de esa época hasta ahora ha venido totalmente cayendo en picado. Y ahora mismo las compañías grandes solo fichan a artistas nuevos con muy poca cosa. Se dedican a rentabilizar el catálogo antiguo que tienen y a cuidar a sus súper ventas, pero las apuestas por grupos nuevos son escasas o nulas. Entonces mucha gente ha optado por esa vía que es hacérselo uno mismo. Y creo que a la larga es satisfactorio en el sentido de que tú eres el dueño de tu destino discográfico. Y así estoy yo. Ya he editado tres discos con mi sello y hay mucho trabajo añadido pero creo que voy a seguir haciéndolo.
LBM – Has compuesto temas para Mikel Erentxun, MClan… ¿Qué se siente cuando músicos tan importantes como ellos tocan tus temas, cómo se ve desde el lado del autor?
Lapido – Pues cuando he compuesto canciones para otros artistas normalmente ha surgido porque nos conocíamos, habíamos coincidido en conciertos o en otro sitio y había cierta admiración mutua. Ellos me han llamado pidiéndome que colaborara en sus discos y yo he intentado hacerlo como si las canciones fuesen para mí.
Si Mikel me dice que le escriba una letra para el disco que está haciendo, yo lo hago con el mismo nivel de exigencia que si la hiciera para un disco mío. Luego ya cuando la oigo en su voz, o en la voz de Carlos Tarque de Mclan, o cuando han versionado canciones mías otros cantantes como Quique González, pues la verdad es que me sorprende. Porque claro, son lecturas distintas de lo que tú tienes en la cabeza, de lo que has escrito o lo que has compuesto. Cuando lo oyes en boca de otros, sobre todo en grandes intérpretes como los que estoy nombrando, gente mítica, pues la verdad es que dices: ¡Ostras, queda hasta mejor! A mí me resulta muy satisfactorio.
LBM – Las compones pensando en ti o en la persona que las va a cantar, preguntándote por ejemplo ¿cómo quedaría esto en boca de Mikel Erentxu?
Lapido – A Mikel lo que le hice fue la letra, no le hice la música. Él me mandó la música que tenía compuesta y me pidió que si podía escribirle una letra.
Bueno, como muchos de los artistas con los que he colaborado tenemos influencias comunes, tampoco son mundos distintos. Tampoco tienes que trasladarte a otro mundo musical, sino que básicamente las influencias musicales que puede tener Quique González son las mismas que las mías: El rock americano, Dylan, etc. Es fácil coincidir. Y con Mikel creo que pasa exactamente lo mismo. Lo hago de la forma más natural posible: Algo con lo que yo esté satisfecho y se lo paso con la esperanza de que le guste. Y en este caso le gustó y la publicó.
«La faceta que más me gusta es la de compositor, porque ahí me estoy enfrentando con mis propias dudas» - Lapido -
LBM – Está claro que tienes el respeto de gran parte de los músicos de este país. En tu último disco han colaborado Miguel Ríos, Amaral, Quique González… Uno tiene que sentirse orgulloso de ese respaldo de los compañeros de profesión, ¿no?
Lapido – ¡Es una satisfacción que compañeros de profesión de ese nivel sientan respeto por tu obra! La verdad es que para mí es un motivo de orgullo, ¡qué duda cabe!
Y responsabilidad en cierto modo también. Cuando en el disco anterior surgió la posibilidad de que Eva Amaral, Juan Aguirre, Miguel Ríos, Quique González… colaboraran, sentía la responsabilidad de que tenía que estar a la altura. No podía ofrecerles material de segunda categoría en ningún momento. Imagínate, Miguel Ríos, que es una leyenda en la música española: si él va a cantar una canción en mi disco, tiene que estar a la altura de la leyenda. Y con los otros exactamente igual. Intenté darles lo mejor que tenía en el repertorio para que ellos pusieran, como así hicieron, su talento al servicio de esas canciones.
LBM – Volviendo a “Formas de matar el tiempo”, ¿cómo tienes prevista la gira, qué nos vamos a encontrar?
Lapido – Pues la gira la empezamos el 10 de mayo en Murcia. Vamos a estar en muchas ciudades españolas: Valencia, Granada (que es mi ciudad), Barcelona, Zaragoza, Bilbao, Valladolid… Y no sé si se me olvida alguna. Ocho ciudades en todo caso, que se pueden consultar en las redes sociales y en mi página web.
El motivo de la gira es presentar las nuevas canciones, pero siempre obligado a hacer un repaso de canciones de discos anteriores e incluso de mi etapa con 091. Los músicos que me van a acompañar son los mismos que han grabado este disco y los dos anteriores. Es decir, que hay una compenetración que viene de años y yo creo que eso se nota en la puesta en escena. Se nota esa compenetración y esa complicidad que hay entre la banda al completo y yo creo que el público lo va a captar desde el primer momento.
LBM – ¿Tienes intención de salir a tocar fuera de España?
Lapido – Hombre, La intención está ahí. Lo que pasa es que la oportunidad es difícil. El mercado natural de la música española tendría que ser Latinoamérica, lo que pasa es que creo que se perdió la oportunidad en los años 80. Fue cuando hubo aquí un boom de grupos de pop-rock que funcionaban muy bien y se perdió la oportunidad de exportar aquello a nuestro mercado natural con el que compartimos idioma. Creo que hubiera sido lo ideal. Igual que los americanos lo comparten con los ingleses y con todo el resto del mundo.
Se perdió la oportunidad y ha habido pocos artistas que hayan ido a hacer las Américas. Y ahora mismo está la cosa bastante más difícil. Ahora es más fácil que vengan artistas latinoamericanos a España que al revés. Pero bueno, la intención por supuesto está ahí.
LBM – ¿Recomendación musical de José Ignacio Lapido?
Lapido – Yo voy a barrer para casa y voy a recomendar un grupo de mi ciudad. En Granada hay un montón de grupos que merecen la pena. No descubro nada si hablo de grupos como Niños Mutantes, Napoleón Solo, Guadalupe Plata… que están sonando ahora mismo a nivel nacional y creo que lo están haciendo bien.
Pero también quiero hablar de otros grupos que son los que tienen en paralelo los músicos que me acompañan a mí, que aparte de grandes instrumentistas son compositores y tienen sus historias paralelas. Por ejemplo Raúl Bernal, el pianista de mi banda, tiene un grupo que se llama Jean Paul, que ha editado varios discos y son, por mi parte, recomendabilísimos. Tiene un estilo muy personal, trabaja mucho los textos y con mucha influencia de Leonard Cohen y gente así. Me encanta.
Mi guitarrista Víctor Sánchez también acaba de editar su primer disco en solitario. Son también unas canciones muy influenciadas por el rock americano que me encanta también.
Y esas serian mis recomendaciones, para que la gente se acerque a ellos.