Cuando entramos el pasado viernes noche en la Sala El Sol, nos dimos cuenta de que cualquier detalle que pudiésemos imaginar había quedado mimado antes de empezar. Todos los rincones del mítico lugar se habían transformado para convertirse en una atmósfera fantástica en la que nos sumergimos de inmediato. El dorado se había hecho con el control del escenario. Las luces, tenues, bañaban nuestros rostros y Gold Lake, salían a escena para reencontrarse con el público de su propio país, al que apenas han podido mirar a los ojos. El Sol no estaba abarrotado solo de devotos de su música, como nosotros, familiares y amigos habían decidido no perderse esta gran noche y arroparles con mimo.
Afincados en Brookyn, Carlos y Lua, le han dado todas las alas imaginables a Years, su primer disco. En él, han sabido recoger toda la influencia de los clásicos de los que se nutrieron de niños, sumándole a ese bagaje los sonidos fruto de la maravillosa inspiración que iban encontrando a cada paso en su barrio de NY. Pero Years ha cumplido su tiempo y el relevo viene pisando fuerte y con muchas ganas. Su segundo disco, compuesto a caballo entre NY y Madrid, está listo para ser grabado. Un nuevo viaje transoceánico les espera, nuevas aventuras, nuevos matices para su sonido, pero no querían embarcarse en la vorágine sin antes demostrar que Madrid tiene un hueco enorme en sus corazones.
La energía inusual que despliegan como banda sobre el escenario quedó sentenciada en la primera canción. Toda la delicadeza de Lua estallaba con energía y se transformaba en un torbellino brillante que danzaba y jugaba con el cable de su micro. Luciendo sonrisas, ambos se miraban cómplices, el equipo perfecto que forman es sencillamente innegable. Demostraban que eran capaces de mezclar las canciones nuevas y antiguas enroscándolas y dejándolas crecer en un concierto maravilloso, bordando todo ello con una elegancia propia de las grandes bandas. Definitivamente Gold Lake están un paso por encima de la media.
Gracias Gold Lake. No os vayáis demasiado lejos, ya os echamos de menos.
Autor; Shara Sánchez
Fotos; Toe