A los cinco minutos escasos de conocer a Helena, tuvimos claro que nuestro mundo ya era un lugar mejor. La acabamos de escuchar cantar y ya nos había fascinado con su manera de narrar historias bonitas, de contagiar alegría y sobre todo de aportar esa chispa preciosa que no muchas personas tienen. El gran talento de esta artista valenciana, no solo reside en su particular voz o en su manera de dar vida al arte: Helena tiene el don de dar arte a la vida.
Poder charlar con ella sobre su disco, La Rama Dorada (Ernie Records, 2017) es una nueva visión de las canciones y sobre todo es una preciosa preparación para su concierto el próximo sábado en la madrileña Sala El Sol.
LBM – ¿Empezar por el final es una buena estrategia?
Helena – Pues la verdad es que Todo Para Mí, fue la primera canción que compuse para este disco. Siempre me sugerían que cantase en español pero no escuchaba demasiado. El primer día que lo valoré de verdad, me encerré en una habitación con la guitarra convenciéndome a mí misma de que no me iba a escuchar nadie y que solo era una prueba para ver qué pasaba.
Lo que pasó fue que salió esta canción y al enseñársela a Julio, él se emocionó, más que nada por el proceso, que había sido muy bonito. Yo, sintiéndome chiquitita y casi en silencio, había logrado darle forma. Al ver la reacción en su cara me di cuenta de lo bonito que era. Por eso fue la primera.
LBM – ¿Esta rama dorada, de qué especie de árbol cuelga?
Helena – Sería un árbol milenario, de esos de las películas. Tipo el de Pocahontas, con cara y todo (risas).
«Ser capaz de tomar decisiones, aunque no nos demos cuenta, es de privilegiados. Hay mucha gente en el mundo que no se puede permitir ese lujo, porque viven entre medias de decisiones de otros y a veces les cuestan hasta su vida, como la gente que vive en un país en guerra. Por eso pienso que si es por mis propias decisiones, bienvenida la esclavitud.» - Helena Goch -
LBM – ¿Ha tardado mucho en brotar?
Helena – Pues la verdad es que empezamos en mayo, componiendo, buscando los sonidos y estuvimos inmersos cuatro meses en esta búsqueda.
LBM – ¿Cómo se hizo tan fiera la dulce Juana?
Helena – ¡Me encanta esta pregunta! (risas). Sweet Jane es para mí lo más, de lo más, en la historia de la música. Mis padres siempre han escuchado mucha música y mi padre se iba a todas las giras de Pink Floyd. Tengo el recuerdo, como de pequeña escuchaba esa canción y la intro, tan larga, hacía que el público no supiera que iba a sonar a continuación, cuando empezaban los acordes, la gente enloquecía.
Esa secuencia de acordes siempre me pareció la melodía perfecta y me perseguía. Por eso me lo he pasado genial haciéndole un homenaje tan raro.
Os contaré que en el pueblo en el que vivo, la señora del súper se llama Juana y cuando le puse la canción no se lo podía creer (risas). Ahora me regala cosas (risas).
LBM – ¿“Ahora tú” son dos palabras que condensan el mejor piropo que se le puede decir a alguien?
Helena – Ahora tú, la inspiró un niño de cuatro años. Me encanta la pureza y la inocencia de los niños, deberíamos ser todos siempre así aunque creciéramos.
LBM – Dinos dos cosas vitales para nadar y sobrevivir en la marea actual musical.
Helena – Una sería no imaginarte haciendo otra cosa que no sea música. Eso es el mayor motor.
La otra sería no compararte. Todos nos miramos en los demás, creemos que podemos vernos reflejados en la música o la carrera de otras personas, pero no es así. Cada uno debemos mirar nuestro propio camino, trazarlo y seguir adelante.
Añadiría también las redes sociales (risas).
LBM – ¿En qué título hace falta graduarse para volar por el aire en la boca del dragón?
Helena – Pues yo empecé cuatro carreras y terminé una. Tenía muy claro que quería dedicarme a mundo del arte, pero mis padres, que son mucho más prácticos, querían que estudiase una carrera convencional a la vez que lo que quería. Por las mañanas asistía a la universidad a estudiar periodismo, solo iba a la clase de pensamiento político, que me parecía fascinante, y por las tardes estaba en la escuela de teatro.
Por lo tanto, creo que no sería un título como tal, sería más bien un libro. Leyendo adquieres cultura y para mí eso tendría más valor.
LBM – ¿Ser capaz es tarea de valientes o solo es fuerza de voluntad?
Helena – La verdad es que la fuerza de voluntad es de valientes. Mi madre siempre me decía: “Recuerda la frase de Picasso, que la inspiración te pille trabajando”, por eso creo que todo es ponerse.
LBM – Al final ¿qué importa más: salvar o ser salvados?
Helena – Yo siempre he sido de salvar pero en el fondo buscando ser salvada. Soy una chica muy sensible y he tenido que luchar con fantasmas, eso te hace aprender y creer.
LBM – ¿La vida nos hace sentirnos esclavos de nuestras propias decisiones?
Helena – Ser capaz de tomar decisiones, aunque no nos demos cuenta, es de privilegiados. Hay mucha gente en el mundo que no se puede permitir ese lujo, porque viven entre medias de decisiones de otros y a veces les cuestan hasta su vida, como la gente que vive en un país en guerra. Por eso pienso que si es por mis propias decisiones, bienvenida la esclavitud.
LBM – ¿Es mejor ir con la verdad por delante aunque el tortazo sea mayor?
Helena – Sí, siempre. Soy fan de la verdad y la defiendo siempre.
LBM – La pregunta John Connor: Tu yo del futuro viaja al pasado para darte dos consejos: ¿cuáles serían?
Helena – Pues creo que uno de ellos sería escúchate cantar, aunque sinceramente me alegro de haberlo descubierto tarde, porque me levanto cada día como si fuera una sorpresa. Julio se ríe mucho de que me asombre porque cuando oigo mi voz pienso que no es mía. Así que tal vez, pensándolo bien, ese no sería uno de ellos.
Seguro que sí me habría dicho: Tranquila, la pena va a pasar y debes ser más cauta con el corazón. ¿Para qué hacerme daño yo sola? La gente no es tan guay como crees (risas).