Si has escuchado ya Motor y al Aire, el nuevo disco de Helena Goch (Intromusica 2019), te habrás topado de bruces con esa madurez sonora que derrocha. En este tercer disco al que Helena ha dado vida, nos muestra doce canciones compuestas a corazón abierto y con una progresión lógica y hermosa que han recorrido sus pasos en esto de crear música. La sintonía que logró encontrar en la gira pasada junto a Sara y Raquel es palpable en cada uno de los cortes y parece que nos mire a los ojos para decirnos que bajo su nombre propio se encuentran la suma de todas las mujeres maravillosas que han tenido influencia en su vida.
En la quietud de su hogar con el eco de su risa y el sonido de la lluvia incesante golpeando los cristales como banda sonora, nos sentamos con ella para charlar. De esas risas, palmas e incluso gritos de emoción que compartimos mientras una estatua de Francisco de Goya nos miraba ceñudo, os dejamos un resumen:
LBM– ¿Qué tipo de motor impulsa a Helena Goch?
Helena– La magia.
Despertarme y decir: ¡Qué milagro es la vida! Es algo que me pasa desde siempre y me encanta que sea así porque nunca doy nada por sentado. La vida es un regalo. Esto tiene su parte buena y su parte mala, porque vives la vida muy intensamente pero los momentos malos también son intensos. Sin todo eso sería una persona tristísima.
LBM– ¿Qué aire está destinado a verte volar?
Helena– Supongo que el aire donde se busque la belleza. Sea cuál sea el tipo de entendimiento que tengas de la palabra. Ayer justo estábamos ensayando y Julio nos decía que una canción que en el disco está muy desnuda, la enfocásemos para el divertimento, pero nosotros solo podemos pensar en que sea bello. Empezamos así, con la palabra belleza resonando en nuestra cabeza y nos dimos cuenta de que nos iba llevando a un camino precioso de “lo bonito por lo bonito”. Me gusta mucho una frase que dice Julio, “la música es el único arte invisible” y esa belleza es invisible, pero puedes sentirla de algún modo.
LBM– ¿Cuándo te das cuenta de que lo que has elegido “así así” es lo definitivo?
Helena– Pues en este disco hubo mucho de canciones que surgieron o cambiaron in extremis, como por ejemplo Trece. Yo soy una persona muy poco disciplinada excepto para la música. Cuando el disco ya estaba grabado, un día me levanté, cogí la guitarra y surgió Trece. Así, en menos de cinco minutos. Pensaba que la había soñado, que me la había traído un animal de poder… era demasiado increíble para dejarla fuera del disco. La metimos en el disco pero súper vacía.
Tengo también una premisa cuando compongo, si paso más de una semana en la composición y la canción en esos días no ha fluido, es que hay que dejarla pasar. Es un proceso muy intuitivo.
LBM-Queríamos decirte que hemos notado una evolución increíble entre aquella Helena que conocimos en un concierto en una terraza y la que ha dado vida a este disco.
Helena– Sí, es algo muy palpable. En mi primer disco yo llevaba solo nueve meses haciendo música, creo que no estaba del todo preparada para afrontar una grabación. No pude participar en ninguno de los procesos del disco a nivel producción, por ejemplo. Sí, eran mis canciones pero no mis decisiones al respecto a cómo quería que sonasen. En este Sara y Raquel vinieron a casa durante días y tocamos, según iban pasando los días yo iba escuchando en mi cabeza arreglos de guitarra… eso no me había pasado nunca. Las canciones suenan exactamente como yo quería que sonaran.
LBM– ¿Hay alguien más popular que La Reina del Baile?
Helena– (Risas) Pues justo ahora, con el hilo de Twitter y la que se ha montado que me han llamado hasta de una radio en Colombia, pues creo que no (risas). Es cierto que en el disco hay muchas canciones como La Generosa, La Vieja Loba o Lo Que me Dijo su Voz, que son historias que tienen a mujeres como protagonistas. Soy una mujer y es lógico que sean otras mujeres las que me inspiren para escribir, pero La Reina del Baile es la canción que le he escrito a mi madre y es, en cierto modo, algo que me hace sentir muy orgullosa. ¡Viva la madre que me parió!
LBM– Para aquello que no puedes hacer sola ¿a qué te sujetas fuerte?
Helena– Por supuesto a Julio. A veces cuando tienes una relación de pareja sana, sientes que la otra persona es tu bastón. Sabes que aunque caigas, te va a recoger de la forma más hermosa. Tengo suerte de tener una familia y unos amigos que son mi tesoro. Los que más me apoyan.
La música y la lectura son mis compañeras perfectas para mi viaje. La meditación también es muy importante para mí, porque siento que un ritmo de vida frenético, la gente se olvida de escucharse y eso es algo muy importante.
LBM– ¿Lo llaman suerte cuando quieren decir amor?
Helena– ¡Me encanta esta pregunta! Pues yo creo que en el amor hay algo de suerte y en la suerte hay algo de amor. La serendipia.
Para mí todas las cosas buenas de este mundo vienen del amor.
LBM– ¿Hay alguna frase de lo que te dijo su voz que se haya quedado fuera de la canción?
Helena– Pues creo que no. Es la historia que le cuenta una madre a su hija. En este caso lo escribí para una madre que no está, pero creo que se puede aplicar a las que están junto a nosotros igualmente. Ellas siempre nos ven perfectas, su amor supera todo y es precioso.
«Nosotros solo podemos pensar en que sea bello. Empezamos así, con la palabra belleza resonando en nuestra cabeza y nos dimos cuenta de que nos iba llevando a un camino precioso de lo bonito por lo bonito.»
-Helena-
LBM– ¿A menudo nos llaman locas porque nos tienen miedo?
Helena– Absolutamente. Ya les pasó a las brujas. En cuanto te sales de la norma eres el objetivo de las críticas.
LBM– Tres cosas a las que les dices que no:
Helena– Al machismo, a las injusticias y a la violencia. En realidad te podría decir que no a muchísimas cosas (risas) me parece terrible el no empatizar con el otro, ya no nos llama la atención el horror, nos hemos hecho inmunes y si la población no se alarma, puedes hacer lo que quieras. A eso le digo que NO en grande y con énfasis.
LBM– Ahora que nos hemos cruzado contigo ¿qué tal las estrellas?
Helena– (Risas) Todas las noches, haga frío, llueva o nieve, salgo un rato al jardín y me paso un rato observando las estrellas. Sigo alucinando con esas maravillosas bolas de fuego que están suspendidas sobre nosotros. Suelo hacer un ejercicio y me veo a mí desde arriba, como si fuera Google Maps, voy subiendo y me elevo hasta ver el planeta diminuto en medio de un sistema solar y eso me da una capacidad increíble para relativizarlo todo. Viendo eso, nada es importante.
LBM– En esta gira ¿qué nos vas a contar?
Helena- Pues en esta gira os voy a contar que voy unas mujeres maravillosas que se divierten en el escenario tanto como yo. Juntas vamos a ir a todos los lugares donde nos quieran escuchar.
LBM– ¿Es este disco el mejor antídoto para vencer la oscuridad?
Helena- Ojalá lo sea para todos tanto como lo es para mí. Toda esta conexión maravillosa que tengo con las estrellas viene también de tener mucho miedo a la oscuridad y a la preocupación que solemos tener cuando pensamos en la muerte. Hacer canciones ha sido para mí el antídoto para paliar esos miedos. La música es siempre un antídoto.