Hablar de Idealipsticks es hablar de rock primitivo, instintivo y directo como un puñetazo. El pasado jueves nos acercamos a la Sala Boite (mientras la selección de fútbol sonaba en todos los televisores del país) a contemplar la puesta en escena más humana y más animal. Eva, Jave y su banda nos dejaron boquiabiertos.
Con el correspondiente retraso futbolero, la banda salía con cara de concentración para demostrar la manera en la cual las cosas son: DIRECTAS.
Con Eva y Jave en el frente, la banda y las enormes letras brillantes con el nombre del grupo detrás, la Sala Boite comenzaba a girar en la espiral de crudo sonido que Idealipsticks proponen. Lo primero que impacta, desde luego, es el volumen con el que se emplean y llevan las canciones grabadas a la vida, una vida donde el instinto animal muerde y transforma al humano que llevas dentro en un ser enérgico y bestial.
Caminando entre las canciones de su último álbum, Idealipsticks dieron un recital de sudor y volumen, de golpe y electricidad, de pasión y de vísceras.
La química entre Eva y Jave salta a la vista, muy entregados y deseosos de hacer en directo lo que llevan dentro, la banda entera sudaba tema tras tema, sin descanso, sin medidas… todos los riffs que hablan de amores, de desamores, de golpes que da la vida y de cómo curarlos con una buena base de movimientos con destello.
Pegando sorbitos a sus anteriores Lps, los chicos apuraban los minutos de su directo pensando en no dejarse ni una de sus balas en la recámara, vaciar el cargador como forma de vida y descargar toda la adrenalina que llevamos dentro, ya sabes, esa que nos convierte y nos destapa como animales que somos.
Golpeando el sonido para ver que me encanta como te mueves, desde el pavimento hasta alcanzar las estrellas, siempre mostrando tu brillo particular. Quizás te pregunte a la cara, sin púdor, por qué no me dejas en paz pero en realidad verás que estoy igual de perdido que tú y que cuando perdemos todo, es la mejor y única oportunidad de estar juntos. Me querrás mentir pero en esto todos somos perdedores y amantes, así que más vale que nos desnudemos por completo y nos miremos dentro, tan dentro que podamos ver nuestro fuego único, primario y poderoso.
Muy, muy sudados. Así acabamos la noche. La banda dio las gracias con el corazón y un tercio en la mano. Descarga completa, transformación conseguida. Humanos, animales… qué más da cuando tienes razones para soltar todos tus instintos y ver como recorren emociones en el camino del rock más puro, el de apretar los dientes y golpear duro.