Fuego Artificial es el mapa de un viaje capaz de llevarte desde los lugares más áridos, helados e inhóspitos, a los más fértiles y colmados de vida y belleza.
En este nuevo disco, Jacobo Serra ha mutado, ha reinventando su música en una eterna búsqueda de la perfección, no solo dejando atrás sus canciones más desnudas en las que usaba el inglés para comunicarse. La etapa que inaugura le ha traído una banda completa y un buen número de sonidos nuevos bajo los que sigue estando esa esencia que nos enamoró desde The Word I Never Say.
Hace unos días nos sentábamos con él, porque hablar con Jacobo de sus discos, para nosotros ya es una tradición.
LBM – Cuéntanos todo lo que comienza ahora que el viento sopla a tu favor.
Jacobo – Ahora comienza una etapa súper esperada de mi vida. Desde que grabé Icebergs llevo soñando con este momento. Primero pasé por la composición, que ahora, tomando distancia, puedo ver de manera romántica, pero lo cierto es que tuve bastante presión porque tenía que crear un disco que no existía. Es duro y a la vez bonito y tiene que ser así para que las canciones valgan la pena.
Tener el disco en mis manos y llevarlo a que la gente lo escuche en directo es un sueño. Soy de los que piensan que el disco no existe hasta que lo llevas al directo para que lo disfrute el público.
LBM – ¿El activista lee libros de autoayuda?
Jacobo – (Risas) No, pero para eso compone discos, para auto ayudarse. Seguramente si no fuera músico leería libros de autoayuda, iría al psicólogo o algo parecido. La verdad es que mi música es mi manera de meterme en mi conciencia, de meditar. El activista soy yo. He reivindicado su figura pero a la vez me lo he llevado a mi terreno hablando de las personas que se levantan cada día y luchan por un sueño.
LBM – ¿Los polos opuestos se atraen y se derriten en el volcán?
Jacobo – Totalmente. En el disco hay mucho de amor volcánico y de relaciones tóxicas. La naturaleza me ha inspirado en su composición para hablar de romper con todo y volver a empezar en cierta manera.
Soy mucho de visualizar lo que hago y creo que el volcán, la explosión, la fuerza de la naturaleza sin control era lo más similar a lo que quería plasmar.
LBM – ¿El mar se lleva los buenos o los malos recuerdos?
Jacobo – El mar se lo lleva todo. Los buenos perduran más. El ser humano tiende a olvidar los malos recuerdos a no ser que se hayan convertido en un trauma y los buenos te acompañan en forma de nostalgia.
«Tener el disco en mis manos y llevarlo a que la gente lo escuche en directo es un sueño. Soy de los que piensan que el disco no existe hasta que lo llevas al directo para que lo disfrute el público.» - Jacobo -
LBM – ¿Cuál es la medida justa para mantener avivado el fuego artificial?
Jacobo – Pues la medida justa es el equilibrio entre la utopía (el fuego) y la distopía (lo artificial). El ejercicio que hago todos los días con mi arte es estar entre lo perfecto y lo imperfecto mientras persigo la belleza. Tal vez si algún día lo consigo, me retire a la montaña (risas).
LBM – ¿Quién te da el pie cuando llega tu línea en el guión?
Jacobo – Me lo suelo dar yo mismo. Mi yo consciente me habla como en tercera persona, “Jacobo, ¡por favor!” (risas). Mi yo responsable suele darme órdenes. Luego tengo colaboradores necesarios tanto en mi vida personal como en mi música. Por ejemplo, una persona que me ha ayudado muchísimo en este disco ha sido Juanma Latorre.
LBM – ¿Los icebergs fueron el paso de transición para llegar a este deshielo?
Jacobo – Totalmente. Es súper intencionado que Deshielo fuera la primera canción del disco, no solo porque fue la primera que compuse sino porque es el paso de transición. De ahí tiré del hilo.
La portada es un cuadro abstracto que describe el iceberg en deshielo.
LBM – Las leyes en el Imperio de Jacobo las constituye…
Jacobo – Uff, las leyes de mi imperio las constituye mi propia música. La musa que me manda las canciones es la que dicta donde voy o que hago. Es algo indómito.
LBM – ¿Cuál es la clave para que sea perfecto seguir soñando?
Jacobo – Tener algo por lo que soñar. “Siempre que tengamos un jardín que cuidar tendremos una vida por la que luchar”.
LBM – John Connor: si tu yo del futuro viaja al pasado para darte dos consejos ¿cuáles serían?
Jacobo – ¡El número del euro millón! (risas). La verdad es que soy de las personas que piensan que no se debe cambiar nada, los errores también llevan a las cosas buenas a ocurrir de cierta forma, con lo que los querría tal como vinieron. Quiero a mis errores tanto como a mis éxitos.