Jenny and The Mexicats ha demostrado sobradamente que las etiquetas no son para ellos. Con una identidad única, 94 conciertos en el último año y un buen número de kms que les han llevado a vivir a caballo entre infinidad de países, la banda publica hoy su nuevo trabajo: Mar Abierto.
En él vuelven a sorprendernos incorporando a su música todas las vivencias e influencias que van adquiriendo por el camino. Intentamos profundizar en ese mar que nos proponen y el resultado fue esta intensa y divertida charla.
LBM- ¿Qué tiene que contar al mundo este nuevo Mar Abierto?
David- Es un disco mucho más maduro que los anteriores y habla de las cosas que nos gustan. De fiesta, de nostalgia, te lleva de arriba abajo sorprendiéndote y haciendo que no sepas cual va a ser la siguiente canción o donde va a ser capaz de transportarte. No nos gusta lo lineal, preferimos la variedad.
LBM- ¿Qué contienen esas cajas que tan bien guardan Jenny and the Mexicats? ¿Recuerdos, sueños, cosas por hacer?
Icho- Muchos recuerdos, cosas por hacer y años para seguir tocando. Siempre hemos tenido muchos sueños, algunos se cumplen, otros se pierden y algunos nos llevan a tener más sueños. Soñar siempre es una premisa para nosotros.
Siempre buscamos nuestra propia esencia, pero no lo hacemos por decir, “oye… que somos mejores que nadie”, es solo algo que nos sale. Es parte de nuestra identidad como banda, ese afán de experimentar.
No hay nada forzado.
-David–
LBM- Está claro que mezclar os sienta bien y habéis conseguido equilibrar vuestros diferentes orígenes ¿de verdad importa mucho el lugar donde naces?
David- Para nosotros sí ha importado, pero no por el lugar sino por la esencia que hemos incorporado a las cosas que hacemos. Hemos llevado nuestras maletas a un montón de países en los que no solo hemos vivido, también hemos sumado mucho de lo que somos ahora mismo. Vivir en diferentes lugares te nutre, te engrandece y te enriquece. Elimina las fronteras que solo son una línea, por decirlo de algún modo.
LBM- Decidnos una cosa que aprendisteis haciendo este disco y una cosa que olvidasteis, desaprendisteis.
David- Pues yo he aprendido mucho en este disco, porque como percusionista no había participado tanto en la composición de las canciones hasta ahora. Al ser una banda independiente, siempre aprendemos muchas cosas en cada disco, a compaginar calendarios, cosas empresariales, a saber cuál es el lugar donde te despiertas esa mañana (risas). Desaprendimos a saber cuál es tu casa (risas).
Jenny- Hay una letra que dice aprendimos a correr para empezar a andar.
LBM- ¿El diablo que hay en uno mismo necesita ser alimentado con ritmos desenfrenados?
Jenny- Desde luego, ayuda. Cuando tienes trance debes moverte desenfrenadamente para ayudar a tu diablo interior a salir (risas).
LBM- ¿De alguna manera sentís que debéis ser «los amplificadores» de un estilo único?
Icho- Sí, tenemos que ser nosotros mismos.
David- Siempre buscamos nuestra propia esencia, pero no lo hacemos por decir, “oye… que somos mejores que nadie”, es solo algo que nos sale. Es parte de nuestra identidad como banda, ese afán de experimentar. No hay nada forzado.
LBM- ¿Cuáles son vuestras claves para poder equilibrar tantos diferentes estilos pasando de Diablas a Fantasmas o Leones?
David- Nos gusta que los discos no sean lineales, como hemos comentado antes. En nuestro proceso de composición se presentan a lo mejor 25 canciones y quedan 13 o 14. Las canciones que se quedan fuera es porque no llevan la idea de la identidad que tenemos de nosotros mismos.
Jenny- Que suene honesto es esencial para nosotros.
LBM- Si os diéramos a elegir dos palabras que puedan definir el proceso que os llevó a navegar por Mar Abierto serían…
Icho- Mar abierto (risas).
LBM- ¿Qué hace uno cuando después de tanto tiempo, la ve?
Jenny- Invitarla a una copa (risas).
LBM- ¡Por cierto nos ENCANTA que el disco tenga Créditos CANTADOS!!
LBM– La pregunta John Connor: Tu yo del futuro viaja al pasado para darte dos consejos: ¿cuáles serían?
David- Tendría claro que serían los resultados de la quiniela (risas).
Icho- Yo me tomaría una copa conmigo mismo y me diría: ¡Lo que te espera! Empieza a practicar a dormir en el sofá, en el suelo, en la carretera… Y me contaría el final de mi película favorita (risas).
Jenny- Yo me diría no dejes la trompeta en ese taxi.
David- Toda la vida preocupada por saber qué taxi sería en el que ibas a dejar la trompeta (risas).