Con un formato inédito y una puesta en escena que jugaba a proyectar color en la oscuridad nos aguardaban Pep, Dimas y Luis el pasado miércoles. La premisa de una serie de conciertos especiales bajo el nombre de Ocean Tour Trío, nos mantenía en vilo y a la vez nos alagaba, intuyendo que íbamos a poder disfrutar de una nueva cita con un contenido totalmente diferente. Desde que From The City To The Ocean Side se convirtiese en nuestro, se han ido reinventando, sorprendiéndonos una y otra vez en cada concierto con arreglos que conseguían maravillarnos.
Esta vez, una ventana al océano se abría ante nosotros, quedando ellos protegidos tras una atmósfera brumosa, la distancia entre ambos era la justa para que supiésemos que iban a hacer magia. Trucos y juegos de manos de esos en los que solo puedes sentarte a observar. El silencio sepulcral no tardaba en tomar el teatro y mientras ellos se armaban, las respiraciones entrecortadas y los cantos de las ballenas iban marcando el ritmo. Los cetáceos se iban a convertir en nuestros compañeros de viaje durante toda la noche. Este nuevo recorrido a través del Atlántico bien merecía una compañía especial. La costa oeste nos esperaba en calma.
Para ser sinceros, L.A. son uno de nuestros artistas más internacionales y así lo refleja cada paso en su carrera. Firmes y decididos en romper las fronteras que se imponen en un mapa, han logrado fundirlas a base de trabajo y buen hacer; estos conciertos son una muestra de su tenacidad, no se rinden a la hora de salirse de lo pre establecido. Su música bien podría haber salido de un local con vistas al mar en Venice Beach o de un paseo en coche desde Melrose al Griffith Park, por lo que fusionarse con la música de Ryan Adams & The Cardinals entre medias de sus propios temas, parecía tener todo el sentido de mundo. Canciones de antes y de ahora se vestían de nuevas para deleitarnos y emocionarnos.
Lo que parecían minutos que habían corrido ligeros, en realidad marcaban más de hora y media desde que habíamos tomado asiento. La oscuridad del Teatro del Arte también jugaba en nuestra contra y dejaba que la noche cerrada se hubiese apoderado de nosotros. La magia tocaba su fin y nosotros teníamos de decir adiós a este nuevo viaje. Aunque por supuesto nos llevábamos el bagaje de la nueva experiencia, lo más bello que podíamos usar como adiós era la promesa de: me voy para poder volver.
Ciao Pep, Dimas y Luis, nos vemos en el siguiente periplo.
Autor; Shara Sánchez
Fotos: JT