El dicho popular de que lo bueno se hace esperar es el que mejor describe mi experiencia con el directo de Bigott. En sus tres últimas visitas a Valencia no pude estar presente y por fin se me presentó la oportunidad que tanto ansiaba.
No recuerdo bien cómo Bigott empezó a formar parte de la música que suena en mi refugio. No sé como se instaló en mi vida pero lo ha hecho para quedarse y es que disco tras disco me posee y hace que quiera mover el esqueleto sin parar.
El pasado 30/10 salió a la venta Pavement Tree y anunciaba el zaragozano que su gira arrancaba en la ciudad del Turia el 6 de Noviembre.
Todo apuntaba a que esta vez tampoco íbamos a poder descubrir a Bigott en directo, pero a veces suceden cosas inesperadas que nos permiten disfrutar de lo que más nos gusta y, a pesar de ser un frío jueves en la capital, pudimos acercarnos al calor de la sala Wah Wah, donde últimamente ya no se si pedirme una cerveza o la llave de una habitación porque todo apunta a que se va a convertir en mi segunda casa.
Para no perder las buenas costumbres, llegamos antes de que abriesen puertas y entramos cuando la sala todavía estaba vacía. La gente fue acudiendo en cuentagotas y Bigott paseaba al ritmo de la música entre los asistentes y charlaba con ellos.
Con la sala ya repleta los músicos tomaron posesión del escenario, el público estaba entregado y la banda venía con ganas.
Presentaron Pavement tree, tocaron canciones de discos anteriores e incluso sonó una versión. “Sólo tengo una”, apuntó Bigott, quien interactuó continuamente con el público mostrándose muy cercano desde el principio.
Se transmitía felicidad y buen rollo, sus canciones tienen la capacidad de dominar tus pies y no pueden estar inmóviles, bailas, bailas sin parar…
Acompañando a Bigott tocando el bajo y en los coros estaba Clara Carnicer, un gran descubrimiento para mí. Después de pedir silencio y que en la sala no se escuchase ningún sonido, ella lo rompió con su voz y nos cantó “We’ll dance”, incluido en el nuevo disco. Fue precioso.
Hoy he investigado y es una gran artista, no os perdáis sus obras.
El setlist fue extenso e hicieron dos bises. Aún así la gente pedía más y es que Bigott engancha, te da vida, ritmo y ganas de más. Me niego a destriparlo y os invito a que probéis, a que os dejéis seducir por su música porque con él jamás te da la sensación de estar escuchando lo mismo, cada canción es diferente, cada una es un mundo por descubrir y su directo está cargado de buenas energías.
Y a todo esto yo me pregunto… ¿podría adoptar a Bigott y llevármelo a casa?