Nos reunimos para charlar con Raúl y Marcos, de La Sonrisa de Julia, en uno de nuestros sitios favoritos en Madrid, La Sala Costello.
En unos minutos nos dábamos cuenta de la importancia que puede cobrar la forma de tomarse las cosas que uno mismo tiene entre risas y preguntas sobre ellos mismos, y su nuevo disco, El viaje del sonámbulo, que se estará a la venta el próximo 12 de Marzo. Este disco trae “debajo del brazo” un sinfín de experiencias, nuevos sentimientos y unas ganas inmensas de afrontar el mundo sin un plan establecido.
Así nos los contaban, y nosotros nos transportábamos al escucharles hablar.
LBM – Vosotros lleváis ya bastante tiempo en esto, ¿notáis un evolución considerable en el mundo de la música en estos últimos años?
MARCOS – Bastante, cuando empezamos no había hueco en las discográficas porque eran todo triunfitos. No podíamos sacar discos porque no había hueco en ningún lado. Ahora por suerte, ese hueco lo ocupan Love Of Lesbian, Vetusta Morla, vas a ciudades y ves a chavales de 20 años tocar, todos lo hacen de puta madre, cualquier estilo que les pongan lo tocan bien.
RÁUL – Digamos que la salud musical de este país de 10 años a esta parte ha ido evolucionando, ha ido mejorando, y en estos momentos yo creo que vivimos un buen momento a nivel grupos. Otra cosa es la industria, eso es otro tema.
LBM – ¿Y vosotros mismos?
MARCOS – A nivel personal, nos hemos hecho más mayores y hemos quitado mucho hierro a este asunto. Antes hablábamos de que si nos aburrimos con las entrevistas, igual cuando llevemos un mes, nos aburrimos, pero de momento no. Intentamos pasárnoslo bien, echarnos unas risas con la persona, si se puede, hay gente que no admite esas risas. Al final es todo disfrutar, de grabar, de las entrevistas, de la promo… simplemente eso, disfrutar. El ideal perfecto, que no solemos conseguir pero al que intentamos acercarnos.
LBM – ¿La experiencia es un grado?
MARCOS – Es que nunca supe a que se referían con lo del grado (risas). Nos importa menos, somos más espontáneos, hacemos lo que nos parece, no hay caretas. El grado nos la sopla, un poquito (risas) Te importa menos, tú tienes las cosas que has ido consiguiendo, tu trabajo, tu familia, y gente maja que vamos conociendo, de otros grupos, conciertos que vamos dando, y a lo demás no le damos tanta importancia.
LBM – Definirnos el momento profesional en que os encontráis, después de las vueltas y giros que os ha dado el destino, en algunas ocasiones habéis tenido que luchar contra viento y marea.
MARCOS – Los momentos de luchar contra viento y marea los definíamos como tirar de un carro sin ruedas. En este momento nos sentimos bien, a gusto con nosotros, y con menos pasta que nunca, pero más ricos que nunca. Vivimos en un lugar maravilloso, con gente maravillosa (pocos), pero en el que sabemos que mucha gente que tiene mucho dinero pagaría por estar en algunas ocasiones. Somos voluntariamente pobres, porque vivimos en un sitio donde no se genera mucho comercio, y cuando a veces vamos un martes a bucear, en un acantilado donde no pasa nadie en una semana, hace un sol espectacular, decimos, ¿“cuánto pagaría un ejecutivo que gana mucha pasta en Madrid porque le permitieran venir aquí? ¿Dos mil euros? “
RAÚL – Nooo… mil quinientos (risas)
MARCOS – Pues eso, nosotros no tenemos ese dinero, somos mil quinientos euros más ricos en emociones.
RAÚL – También nos permite dedicarnos a la música de otra manera, y yo creo que ese es el momento en el que nos encontramos. Viviendo la vida de una forma en la que en otros lugares no podríamos.
MARCOS – Como todo el mundo luchando por la supervivencia económica. Tenemos mucha suerte, porque tenemos 5 discos, y cada uno lo hemos disfrutado más. Al principio, es curioso, que no podíamos escuchar los discos después de hacerlos porque solo podíamos ver los fallos, después de Bipolar, empecé a cambiar eso, me enganche Al hombre, y este recién hecho lo estamos disfrutando muchísimo, con lo que eso demuestra que algo estamos haciendo bien. Estamos más a gusto con el arte que estamos haciendo, somos más sinceros, y quizá cuando lo escuchamos no sentimos “repelus”.
RAÚL – Las pretensiones son otras también, grabar un quinto disco después de 10 años, para nosotros ya es un premio, luego ya veremos la repercusión que pueda tener.
MARCOS – No sabemos cómo serán las cosas, pero hasta que hemos llegado aquí, a este momento en el que estamos hablando contigo, hemos tenido suerte, tener acceso a experiencias, hemos grabado con grande productores, como Ángel Medina, Guillermo Quero… experiencias de conciertos maravillosos en los que nos lo hemos pasado genial. Cuando grabamos un nuevo tema en casa, decimos, que curro más increíble tenemos. Aunque el carro sigue sin ruedas!! Pero ya le hemos pillado el gusto, nos paramos a tomar un vinito por aquí, un atajito por allá. Nos hemos hecho más fuertes a ese nivel.
«Hemos buscado que la voz no fuera lo importante y en las texturas que hay alrededor de la voz» - Marcos -
LBM – ¿Cómo definiríais el sonido de la Sonrisa de Julia? ¿Os han afectado los giros que os ha ido dando el destino como grupo?
MARCOS – No tengo ni idea! Tú cómo lo ves desde fuera??
LBM – Desde fuera sí, se ven diferencias de registros en la voz de Marcos, por ejemplo, desde mi punto de vista sacas más partido a los agudos.
MARCOS – Yo creo que cuando estás disfrutando más contigo a los cantantes se nos nota mucho. Antes cuando cantaba agudos yo siempre daba el “do de pecho” y ahora disfruto más de hacer las cosas. También en este disco he cantado mucho más grave. Disfruto más de las posibilidades que tiene una persona a la hora de vibrar.
RAÚL – Sí, este disco tiene unos picos de intensidad son más luminosos, antes cuando nos poníamos más cañeros éramos mucho más dramáticos. Ahora podemos hacer lo mismo a nivel de intensidad, pero lo vamos a hacer mucho más luminoso desde el punto de vista que nos lo estamos pasando muy bien y es más divertido.
LBM – Más maduro…
MARCOS – ¿Qué quieres decir? Manzana madura ya pasada… (risas)
Lo de los grados, que hablábamos antes, cuando no te importa tanto, juegas, y en este disco hemos jugado más, a nivel de arreglos con Paco Loco, y nosotros con los instrumentos. No había esa presión que teníamos en los primeros discos, que en bipolar fuimos perdiendo, en El Hombre teníamos menos y en este ha desaparecido por completo.
RAÚL – Estábamos mucho más abiertos a que nos sucedieran cosas. Eso se nota mucho en los ambientes de los temas, las texturas son muy diferentes en cada una de las canciones.
MARCOS – No querer controlar; cuando uno controla un acto artístico, sabe que el resultado va a ser más mental, más racional, y eso al final, no es artístico. Lo artístico pasa por ser espontaneo sin instrumentalizar lo que haces, sin utilizarlo para conseguir algo. Cuando uno controla, sabes que vas a conseguir las cosas y como las vas a conseguir porque lo tienes todo medido pero si en vez de controlar juegas; Te la juegas. Puede salir bien o puede salir mal. En este caso, nos ha salido bien, y cuando vas practicando este juego al final vas cogiendo confianza.
LBM – En el disco que sacáis, contadnos que habéis buscado.
MARCOS – Yo creo que es un viaje hacia lo inconsciente. Todas las letras hablan de cosas más inconscientes, menos de lo que vemos a nivel racional. Hemos utilizado la parte más de la intuición a nivel femenino. Ese lenguaje que existe y que no es tan controlador. Ha sido un viaje más hacia dentro.
En el hombre que vivió su nombre, ya lo hicimos un poco, porque fue un disco que escribimos en la transición de irnos a vivir al pueblo aisladitos, pensando puedo conseguirlo. Este es un poco más, ya sé que puedo, vivo aquí desde hace cinco años, es donde queremos estar, y nos hemos nutrido mucho de paseos por playas desiertas, paseos por la noche en bosques donde no hay nadie, y estar muy solo, y eso ha sido totalmente buscado a nivel de letra.
También hemos buscado que la voz no fuera lo importante y en las texturas que hay alrededor de la voz. La película musical, por decirlo de alguna manera, que te estamos contando tenga la misma importancia que la voz. No que sea una voz y unas cosas detrás.
LBM – Según me habláis, mi mente se imagina en un sitio donde el silencio te atrapa. A nivel personal, yo, no puedo dormir sin ruido.
MARCOS – Yo no puedo dormir con ruido.
RAÚL – Yo no puedo dormir (risas)
MARCOS – Cuando uno está solo, oye cosas, como por ejemplo el mar, que de día no lo escuchas. Por la noche lo oyes mucho, yo creo que el nivel de ruido baja, los pájaros dejan de cantar, el viento se calma, y oyes el mar. Pero cuando uno está solo puede ver a la bella o a la bestia que llevamos dentro.
LBM – Yo creo que llevamos las dos cosas.
MARCOS – Sí, yo también creo que llevamos las dos cosas, y el que diga que no es que lleva a la bestia reprimida. Todos llevamos la parte luminosa, agradecida y generosa y una parte oscura, desagradecida, casposa y malévola. Estar solo implica saludarse delante del espejo.
Lo cual no quita que cuando bajamos a Madrid, nos lo pasemos en grande en el Costello, o yendo a cenar a un japo, o al teatro, vamos que es el parque temático de los humanos. Los coches de los humanos, el árbol metido en el cuadrado de los humanos, el cine de los humanos… El mundo de los humanos está guay, pero no es el único que existe (risas)
LBM – En una de las canciones que hemos podido escuchar, habláis de errores que no se pueden evitar y que igual al final tienen tanto de error. ¿Habéis vivido alguna situación similar?
RAUL – Yo ya lo he dicho en otras ocasiones, el día que me senté a tomar un café con él y decidimos formar una banda.
MARCOS – Cuando tú te tomas la vida de otro modo, y no es que no seamos serios o no tengamos preocupaciones, que las tenemos, nos cuesta y nos duelen las cosas, pero a veces intentamos tomárnoslo como un juego. Pero es en ese momento en el que lo errores se convierten en lago menos importante, en las arrugas está la belleza, por ejemplo.
RAUL – Te puede equivocar, pero en la acción está la perfección.
MARCOS – Yo antes buscaba la perfección de mis ideales. Ahora adapto la perfección a como soy en realidad. Conocí a la bella, conocí a la bestia, y dije, mis ideales no pueden ser solo de la bella, hay que adaptar algunos a la bestia. Ahora tenemos más arrugas, la memoria peor, y menos facilidad de palabra, menos pelo, nos cansamos más pero disfrutamos un poco más.
LBM – Tenéis ya una agenda con fechas para este 2013, entre las que se incluye el Arenal Sound. ¿Cómo serán estas citas?
MARCOS – Tenemos un montón de citas que serán muy diferentes, porque tenemos festivales, tenemos acústicos, tenemos salas…
RAÚL – De momento, mientras preparamos los temas, la sensación que tenemos en el local es se pueden preparar algunos fiestones.
MARCOS – Están sonando muy divertidos los temas en directo.
LBM – Tenéis un amplio repertorio para poder jugar con el público de un festival y el de una sala. ¿Notáis eso como una ventaja a la hora del directo?
MARCOS – Sí, por ejemplo en los acústicos consigues cosas que no todo el mundo puede conseguir, es algo diferente, puedes tener la cercanía y a la vez conseguir que la gente vaya de la nada hasta arriba del todo en cuanto a energía. Las cosas que se consiguen en una sala no se consiguen en un festival, y viceversa, se trata de buscarlas y aprovecharlas todas. Disfrutamos con dos guitarras, con una Sala llena de esa compresión y también en un festival al aire libre lleno de gente.
LBM – ¿Una meta que os hayáis marcado con el nuevo disco?
MARCOS – Estaría guay poder ir a Sudamérica, por ejemplo.
LBM – ¿La recomendación música de La Sonrisa de Julia?
MARCOS – Voy a recomendar a un grupo de Cantabria que se llama Chebú, cantan en inglés, castellano, y en ruso. Si trabajan, y se mantienen en esta línea, yo creo que llegarán alto.