Si has escuchado alguna vez a Los Punsetes sabrás que sus letras son controvertidas y que sus guitarras afiladas tienen una presencia notoria en todas sus canciones, pero sobre todo te habrás quedado impresionado con el conjunto y ahora, serás uno de esos que no puede dejar de escucharles cuando necesitas salir de la rutina. Los Punsetes son ese grupo que escandaliza a tu madre cuando se fija en lo que estás escuchando y deja con los ojos como platos a tu jefe cuando lo pones en el trabajo, pero es posible que ese punto de provocación y disconformidad sea lo que más suele atraer de ellos. Si esta es tu situación y no les has visto nunca en directo, ahora viene cuando te arrepientes, sinceramente te has perdido la oportunidad de ver algo único. Ellos no dan conciertos, dan Shows con todos los ingredientes para pasar una noche genial.
Así fue el viernes en una Joy Eslava atestada que deseaba fervientemente estar presente cuando el LPIV se retirase de los escenarios. Con una performance en toda regla en la que Ariadna lucía un look un tanto goyesco, con un vestido, que no estamos seguros de si lo habían confeccionado con unas cortinas o con una colcha de flores, y peluca de rizos a juego, se presentaban ante nosotros. Ella estática, impasible y por supuesto con cambio de look como las folclóricas, nos cantó un repertorio al que no faltó de nada, mientras sus compañeros de banda danzaban por el escenario en un “frenesí guitarril” que fue una delicia para muchos. La pantalla que les guardaba las espaldas, ilustraba de forma impecable como todos los surrealismos que se pasan por nuestra mente con sus letras, son capaces de hacerse realidad al menos en uno de sus conciertos. El glamour de la Joy se vino abajo y creemos que hasta logró reírse de sí mismo, sino lo hizo, es que es demasiado estirado para estar presente en un concierto de Los Punsetes.
Pero no solo el LPIV y su arsenal de excusas les encumbró, las canciones que han convertido a esta banda madrileña en un referente, también tuvieron cabida en la noche del viernes. Todos los ingredientes necesarios para dejar una resaca emocional del carajo, se mezclaron bajo sus manos y no estamos seguros de lo que pudo pasar después. Tal vez no nos creáis si os decimos que vimos volar una piñata de colores desde la pista hasta el primer piso, piñata que previamente lucía un asistente en la cabeza, por eso preferimos que para la próxima seáis más decididos y nos acompañéis, porque eso, sí es una lección de historia.
Autor; Shara Sánchez
Pics; Toe