El pasado sábado 16 de diciembre la ya de por sí extensa oferta musical en Madrid, se duplicaba. Esto, aunque reafirma que la ciudad vuelve a ser pionera cultural, nos suele obligar a elegir, como si de niños se tratase, a quién queremos más. L.A. terminó de ganarnos cuando añadió un complemento de lo más apetecible a su fin de gira invitando a Maryland a tocar con ellos en el Teatro Barceló.
Los gallegos, puntualísimos, salían a escena con todas las ganas del mundo. Resplandor, su nuevo disco (Subterfuge 2018), verá la luz el próximo 28 de enero y todo el tiempo transcurrido desde el fin de gira de Los Años Muertos (Ernie Records 2013), ha sumado en ellos ganas de encontrarse cara a cara con sus fans. Lo cierto es que Madrid siempre les trata bien y una vez más demostró que su música cuenta con muchos adeptos, pues no fuimos los únicos que nos plantamos en el concierto bien temprano esquivando la masa navideña que avanza sin rumbo estos días por la capital.
Mucho Power Pop, concentrado en algo menos de 40 minutos y 3 temas nuevos, dos de ellos los adelantos del disco, solo nos dejaron con ganas de que por fin retomen furgo y kms para disfrutar de ellos como merecen. Nosotros ya tenemos preparadas las Vans y las ganas de saltar con su música.
El turno de L.A. no se hacía esperar y, en cuanto luces e instrumentos estuvieron listos, los protagonistas de la noche se situaban dispuestos a regalarnos un set de 2 horas vestido para la ocasión. Fue sencillamente maravilloso viajar al pasado de la mano de Luis y los suyos, pues el SLNT FLM (Universal 2012) sonó prácticamente completo y aquellas canciones que nos hicieron enamorarnos de su música se lucieron con arreglos especiales. Las ganas de los 4 se podían palpar y el público especialmente receptivo y volcado con ellos, les devolvió todo el cariño. No podemos obviar que fuera del listado de las canciones que sonaron se quedaron Stop the Clocks y Hands, dos de sus himnos, pero eso demostró con más ahínco que la noche debía ser única y el set refutarlo.
Con muchos guiños hacia su mujer y a su tercer hijo, que está en camino, brindo sus canciones de amor, dejando en ocasiones su voz desnuda sobre las tablas para nuestro disfrute. Es cierto que ese Luis de chaqueta de cuadros que nos mostró su alma con Heavenly Hell (Universal 2009), sigue estando presente a pesar de su actitud más rockera.
Después de dos horas de semejante buen hacer, podemos decir que despedir King of Beasts (Sony 2017) fue igual de duro. Ahora llega el turno de Europa y en poco tiempo estamos seguros de que los mallorquines volverán a encabezar los carteles de los festivales de nuestro país.
Autor; Shara Sánchez
Fotos; Toe