Podríamos comenzar a hablaros del concierto de Mucho el pasado viernes en la Moby Dick contándoos la cantidad de veces que les hemos visto en directo, pero sinceramente han sido tantísimas que ya hemos perdido la cuenta, solo recordamos que en todas disfrutamos, reímos y bailamos. Tal vez para algunos lo importante era que la sala estuviera llena, pero igual que con el número de veces, hemos ido viendo al número de asistentes crecer y las caras nuevas han empezado a convertirse en caras conocidas con el paso de los conciertos. Nosotros sabíamos eso desde hace ya tiempo. Por eso y por muchas cosas más, como la música de calidad que nace de sus componentes, para nosotros Mucho son uno de esos grupos por los que atraviesas un viernes toda la ciudad y te metes en una sala de conciertos a esperar que dé comienzo un nuevo show de una banda al que has visto en numerosas ocasiones.
Esta vez se acompañaban de Sonograma, un grupo que brilla a pesar de su juventud. Haciendo caso a las infinitas recomendaciones, llegábamos madrugadores a la sala para poder opinar de primera mano. Podíamos comprobar que tiñen su estilo con melodías contundentes a caballo entre el pop y el rock, con muchas guitarras y una voz cargada de matices, que permite ir desde registros ásperos hasta algunas entonaciones más dulces. Puede que les quede aún camino para llegar a definir su estilo concreto, para que las influencias queden difuminadas entre una música a la que pongan el sello con seguridad, pero de momento el camino que recorren sin duda es el correcto.
La hora de los dioses cósmicos había llegado. Martí al frente de la banda salía a bordar la noche. Desde el primer minuto el sonido era perfecto, la sala agradecida correspondía cantando, todos menos los hijos del mal que apostados en la barra más lejana daban conversación al de al lado. Pero eso en Madrid lo vemos a menudo, por lo que ya debería dejar de ser una sorpresa. Una vez más nos hacíamos eco del lustroso alarido, nos convertíamos en “policía musical” para mandar a la mierda a aquellos que no aman la música, veíamos a Miguel, Carlos y Vic disfrutar tanto como Martí en el escenario y mantener su elegancia cuando a pesar del calor ninguno se deshizo de su elegante vestimenta.
Una noche más Mucho recuperaban los temas que conforman su Set list habitual, aunque como sorpresa para los más fieles colaban un par de temas que llevábamos tiempo sin escuchar. Todo sonaba tan perfecto que el hecho de que se terminase el Show nos parecía lejano. Pero el reloj no se detiene, y mucho menos cuando disfrutas, por lo que tras un cortito bis y una promesa de vagar por la sala con el torso desnudo se bajaban del escenario.
Si Martí se había desprendido de su sombrero a mitad del Show, nosotros utilizábamos el nuestro para reverenciarles en al final del mismo. Una vez más el azote de la Mancha demostraba que todavía pueden hacerlo mejor, aunque parezca imposible.
Autor; Shara Sánchez