Somos Mucho y esto es lo que hacemos!

            Así sonaba el grito de guerra de los chicos de Mucho en la Sala El Sol de Madrid, anunciando, que el apocalipsis guitarrero que ponen en escena estaba a punto de alcanzarnos. Y nosotros encantados de dejarnos llevar de nuevo por ellos, sin saber a dónde ni como, pero dejándonos llevar sin duda.

            Sonaban los Motores, y con un alarde de valentía Martí ponía su voz “tocada” sobre las guitarras distorsionadas.

            Cuando ves ese tipo de esfuerzos, de una persona que se levanta el día de su cita en la capital con gripe, se sube al escenario y lo da todo sin dejar absolutamente nada en el tintero, valoras y comprendes que el amor a la música, y poner la BSO a vidas ajenas, está por encima de lo que sentimos al escucharla. Con un guiño hacia todos nosotros nos contaba que le daba igual lo que pasara al día siguiente en Segovia. Le importaba Madrid, le importaba el momento, le importaban los ojos (y flashes) atentos a cada uno de los movimientos que iba marcando.

            La noche se desarrollaba con pocas palabras, entre canción y canción, aunque sí que tuvo la osadía de pedir que alguien le invitase a un tequila, cosa que fue dicho y hecho. También especial dedicatoria hacía Bárcenas y la polémica que ha generado la política de nuestro país siendo más ácido que muchos, y cantándonos que seríamos más felices sin televisión. Creo que ninguno de los presentes teníamos duda de ello, pero sí que podemos afirmar que cual “mantra” nos lo repetimos a nosotros mismos.

            Quedaban en un Set List más corto de lo que nos hubiera gustado, pero valorado en cada uno de los temas, tiempo para Sal de la tierra y Sustancia fundamental, que nos despedían del grupo y de su energía apocalíptica.

            Nuestra conclusión es, que Mucho es rock, Mucho es la manera más fácil de mejorar un mal día, mucho es simplemente MUCHO.

            Y así salíamos de El Sol con una lección increíble, que nos recordaba que la esencia de la música es lo que tú quieras dar, digamos que es el precio que tú estás dispuesto a pagar por hacer de la música el buen día de quien te escucha.