Para empezar voy a decir algo que debería sobrar, aunque desgraciadamente no es así: soy mujer. Soy una mujer que ahora mismo se enfrenta a una hoja en blanco con el fin de hablaros sobre otras mujeres, y sí, como podéis imaginar no es nada sencillo.
La primera de la que os voy a hablar en mi madre. Tal vez os preguntéis por qué, pues bien, la respuesta es muy sencilla, todos tenemos una madre. Todos nosotros procedemos de una valiente mujer que a través de su vida, nos dio la nuestra. Os hablo de ella porque hoy he realizado un ejercicio de memoria pensando cuándo fue la primera vez que tuve conciencia de que había un día dedicado a la mujer. El caso es que he recordado como mi madre llegó a casa con un tulipán. En esa época lo de las flores no era tan común como ahora y recuerdo haberle preguntado por ella. Me explicó que se la habían dado al salir del metro por ser mujer trabajadora. Añadió algo que me fascinó y se quedó grabado en mi mente infantil: algún día te lo darán a ti, porque eres mujer y serás trabajadora. Lo que mi madre no me dijo es que desgraciadamente sería mujer trabajadora, ninguneada por mi sexo, que trabajaría más que mis colegas hombres, que no podría optar a ciertos puestos, que mi sueldo sería inferior y un largo etc. Tal vez mi madre, que fue una mujer muy reivindicativa en su juventud, no pensaba que yo tuviera que lidiar con todo eso.
El caso es que no solo yo, como individuo, he tenido que enfrentarme a esas situaciones. Las mujeres a diario seguimos intentando romper esas barreras invisibles (y a la vez insalvables) que nos separan de los hombres. Queremos ser perfectas y a menudo nos cuesta un buen puñado de lágrimas que nos sigan poniendo tantas trabas.
Otra mujer me animó a que este 8 de marzo movilizara voces femeninas para que me acompañasen en mi grito y la verdad es que la respuesta cuando lo propuse, me sorprendió. La primera a quien le lance mi anzuelo fue a Alba Sospedra. Enseguida aceptó y entre ambas maquinamos el cartel que podéis ver sobre estas líneas. Todas hemos escuchado eso de ¡mujer tenías que ser! y entre las dos, decidimos cambiarlo por “mujer, tenías que ser”. Porque tenemos que ser y que demostrar que estamos aquí y no nos vamos a conformar. Hagamos de lo despectivo una consigna.
Pero este artículo va más allá. No solo quiero que gritemos fuerte y lo hagamos juntas. Quiero hablaros de mujeres que para mí son fuente de inspiración en el mundo de la música. De voces que a menudo no escuchamos al volumen que deberíamos porque se encuentran silenciadas entre otras. Ahora es nuestro turno y estas son esas mujeres a las que admiro.
Lorena y Carla dirigen una agencia de promoción, La Trinchera. Desde el día en que las conocí, admiré profundamente su forma de luchar por las cosas y su talento. Por eso quise pedirles a ambas que, haciendo de altavoz una vez más, nos hablasen del 8 de marzo.
En mi lista de mujeres a las que admiro y me sirven como ejemplo, no podía faltar Amparo Llanos (New Day). Todos conocemos su carrera profesional y hemos crecido viendo como triunfaba sobre escenarios de medio mundo. Ella ha logrado con su carisma y su talento ser una fuente de inspiración para muchas de nosotras. Amparo, ¡eres brava!
La voz de Marta (TLFPA) me cautivó desde el día en que la escuché cantar por primera vez. Ella, con esa delicadeza escondida bajo su pelo, me demostró que hay ciertos dones que merecen ser regalados. También me ha enseñado que ser perfecta no se limita a unos pocos. No hay que olvidar que tenemos que reírnos de nosotras mismas sino este juego, se vuelve demasiado aburrido.
Sara Oliveira es de otro planeta. Ella escribe poesía y compone música para después tocarla y cantarla. El arte que proyecta es infinito.
Sierra Leona es el alter ego de Ainoa. De ella he aprendido que hay que saber luchar por las cosas que quieres, que caer y levantarse es cosa del aprendizaje y sobre todo que los sueños siempre son alcanzables si te lo propones. La valentía la traemos de serie, solo hay que dejarla salir.
A todas ellas les pedí que cantaran para mí, para vosotros, una canción que les emocionase y sí, todas ellas aceptaron. El resultado es que juntas hemos logrado llamar tu atención. Juntas somos más fuertes.