La apuesta de la noche era segura; tres grupos de música, reconocidos y con su público, a precio de uno.
Xoel López era el encargado de abrir la noche, enérgico y agradecido inundaba la Plaza de Toros de Alcalá de Henares con tintes gallegos y en realidad del mundo, pues incluía en su repertorio temas que compuso en su estancia en Buenos Aires.
Y de esa forma, transportándonos a sus viajes, y envuelto en una nube de humo rosado, poco a poco el de A Coruña nos mostraba su complicidad con los miembros de su banda, mimetizándose a la percusión o con continuos guiños con Juan de Dios, que le acompañaba a la guitarra.
Atlántico, o El amor no es lo que piensas, estuvieron en el Set List de un inicio de noche que prometía. Prácticamente una hora había dado para mucho, y tocaba cierre.
Durante el cambio de equipos e instrumentos, sonaba de fondo Cuentos chinos para niños del Japón, de los Love of Lesbian, para delicia de los presentes que no paraban de corear los temas.
Salían a escena los mexicanos Zoe, en un ambiente muy distinto de lo que habíamos vivido días atrás en la Joy, pues solo un pequeño grupo de compatriotas, con su bandera al viento, jaleaba a los de Cuernavaca, en un intento de animar al resto del público que permanecía impasible y sin duda no supieron valorar el talento de una banda que tiene a sus pies a Latino América.
Volvíamos a ver el carisma de León Larregui, y los suyos con un Set List muy similar al de sus otras citas en nuestro país, variando el orden. Últimos días abría el Show con su grito rebelde de “no los dejen”, para continuar con temas como Vía Láctea, Labios rotos y sombras. Sin duda, el rímel de miel que corrige tristeza de Nada, fue coreado con ganas por pequeños sectores a los que León cedía el micrófono como tiene por costumbre.
Zoe agradecía a sus amigos de Vetusta Morla que les hubiesen invitado a tocar con ellos; la asociación de ambos grupos ha sido de amplios beneficios pues Zoe ha abierto las puertas a Vetusta entre el público mexicano y los de Tres Cantos han devuelto el favor haciendo de anfitriones para los Zoe en esta gira española. Sin duda los que desde el público gritaban con fuerza Veneno, (canción de Zoe que interpretan los Vetusta), se quedaron con las ganas.
Con un corto bis, y cierre… Había pasado otra hora llena de música.
Los Vetusta tardaron algo más en aparecer en el escenario que sus antecesores, pues entre medias de la retirada e instalación de equipos hubo hasta un foco que callo tras la batería.
Cuando por fin hacían acto de presencia, el público enloquecía desde el primer tema, pues elegían para abrir la noche Mapas, canción que da nombre a su segundo álbum. En todo momento dejaron claro porque son uno de los grupos que llenan allá donde tocan, la energía que derrochan en todo momento en el escenario y su impecable sonido es sin duda indiscutible.
El público sin tregua coreaba una a una las canciones, desde la primera hasta la última palabra, y ni el cansancio, ni el polvo, que se acumulaba en el aire de la plaza, minaban el espíritu de los congregados.
Pucho siguiendo su línea reivindicativa introducía Baldosas amarillas dando esperanzas en estos tiempos de oscuridad y diciendo que la verdad renace, y que los “malos” sabemos quiénes son y no tienen ya lugar donde esconderse. Un soplo de esperanza que le hizo ganarse, si es posible, aún más al público.
Continuaba la noche entre panderetas, palos y bidones, con títulos que emocionan como Copenhague, y otros que hacen enloquecer como Valiente; Pero si hay un tema de los Vetusta que haga enloquecer a los fans de sus directos, es sin duda, Sharabbey Road. Dirigidos por Pucho, saltando entre los altavoces y pandereta en mano los gritos de Lalala lololo, tuvieron también su momento “chiste” cuando decía que parecía fabricar pizzas.
También hubo una mención especial para la subida del IVA en las entradas de los conciertos, teatros, cines… en definitiva cultura, mostrando repulsión en porque la fiesta taurina no ha sido incluida en esa subida. Añadiendo que si hubiesen subido un morlaco en el escenario las cosas son diferentes.
En el bis comenzaba con Los Días raros. La energía de los de Tricantinos no cesaba, y Pucho danzaba de un lado a otro tal como lo había hecho durante toda la noche. Mientras todos pedían una más, Pucho explicaba que tenían que viajar hasta el Festival Port América en Galicia, y sorprendido hacia un juego de palabras, aludiendo a que parecía que los presentes eran “alcalinos” como las pilas.
El concierto tocaba su fin, y lo hacía con La cuadratura del círculo.
Tras 4 horas vividas en la Plaza de toros de Alcalá de Henares, y esperando más iniciativas que nos den la oportunidad de disfrutar de trio de Ases terminábamos la noche.