La trayectoria de Neuman lleva un camino ascendente marcado por su trabajo y sus ganas de hacer de la música el vehículo de sus vidas. Con este último disco nos han brindado diez temas perfectos, cargados de sonoridad emocional, capaz de erizar uno a uno sentimientos y acciones a raíz de las escuchas. If, les ha llevado a recorrer la geografía española cosechando críticas favorables y, a medida que avanzaba la gira, sold outs contundentes. El fichaje por Subterfuge ha proporcionado a la banda murciana una estabilidad que se ha visto reflejada en el disco. Con todo esto, en la mitad de la vorágine de fechas que tienen programadas para los próximos meses, el pasado sábado llegaba la cita en Madrid.
La noche estaba perfectamente planeada. Havoc era en el encargado de disparar el pistoletazo de salida y lo hacía sin titubeos. Desplegando su recién estrenado álbum, Lo Saben los Narvales, llenaba de color la sala y lograba con sus luces de colores diseminadas a su alrededor captar nuestra atención para cantarnos sobre amor y desamor. El donostiarra repartió entre el tiempo que le habían asignado, toda la intensidad de su música, dejando a algunos, que como nosotros llevaban las expectativas altas, perplejos a la vez que enganchados. No cabe duda de que este disco que Havoc presenta en bandeja helada, nos trae un aire del ártico que bien hace falta a la música nacional para renovarse.
El turno de Neuman sobre la alfombra era inminente. Baúles que dejaban al descubierto las nueve guitarras y un banjo de Paco se posicionaban en el escenario, las armas de Neuman están bien claras y son todas aquellas que les permiten hacer la música mucho mejor a cada instante. Desde la primera vez que les vimos sobre un escenario tuvimos claro que las distorsiones, el buscarle una nueva vuelta a los sonidos, era lo suyo y con este disco lo confirman. Ahora esa sonoridad imbatible viene acompañada de un puñado de estribillos coreables, que proporcionan a la banda himnos rotundos, para compartir con los que asisten fielmente a sus conciertos.
Desde nuestro lugar, no solo podíamos observar a una banda visiblemente emocionada contener lágrimas y sonrisas, también poníamos atención en las reacciones de todos los que cuidadosos con sus emociones, las desplegaban despacio y con respeto. Algo mágico sucedía, el público era parte de Neuman y ellos, gentiles, abrían sus filas para dejar que todos en comunión vivieran la noche con la misma intensidad.
Hoy hemos recibido un mail de Subterfuge. En él, nos contaban que entre los mil congregados en el Ocho y Medio, la palabra más repetida en las redes ha sido APOTEÓSICO. Las mayúsculas son de nuestra cosecha, porque sí, para nosotros la buena música se escribe con mayúsculas.
Autor; Shara Sánchez.
Pics; Toe