Crudo, directo y con poco que callar, Diez, de Niños Mutantes, se presentaba hace unos meses. Desde entonces, han recorrido de forma incansable nuestra geografía afilando guitarras y micros para cantar sin miedo las verdades que se leen entre las líneas de sus canciones. Con veintiún años de carrera en sus marcadores, los de Granada han dado una vuelta más de tuerca a su sonido y a su relación entre ellos, contando de forma sincera cuales han sido los motivos para que este nuevo disco se convirtiera en el décimo de su carrera.
Esta semana, tras su acústico con Viva Suecia en El Sol, vuelven a traer Diez hasta Madrid para hacer realidad una de las citas que más echábamos de menos: el Indyspensable. Aprovechando una de sus visitas a Madrid, les preguntamos a bocajarro para desnudar un poco más, si es posible, este trabajo.
LBM – ¿El menú del día se compone de cocina tradicional o cocina deconstruida y moderna?
Juan Alberto – Para mí es cocina contundente.
Nani – Ceviche crudo. Es más bien tipo tartar, ceviche, sushi… mucha carne cruda es lo que hay en esa canción.
LBM – ¿Quién tiene la culpa de que este «Diez» ocurra?
Juan Alberto – La culpa la tenemos principalmente nosotros y la suerte. Estar haciendo un décimo disco no es algo de lo que pueda presumir mucha gente. A veces, escuchando música en la “furgo”, recordamos cuando teníamos 15 años y nos juntábamos a escuchar música en el salón de mi casa, si en ese momento nos hubieran dicho los sitios donde íbamos a tocar, los lugares a los que íbamos a viajar, etc… no lo habríamos creído ni en broma. Por ese motivo, yo creo que la suerte es un factor importante, pero nuestra propia pasión, vocación, ganas y el talento, también han tenido su parte.
Nani – Yo creo que Diez era un disco preciso para nosotros como banda. Necesitábamos componer entre los cuatro un disco del que estuviéramos tan orgullosos como este para seguir confiando principalmente en nosotros como grupo, en la música y en nuestro proyecto. Era necesario hacerlo solos, por ese motivo, cuando pensamos en Alonso antes del disco, quisimos posponerlo. No ha sido un camino fácil, nos hemos peleado, nos ha costado, pero era preciso para cumplir estos veintiún años como banda. Esa es la excusa que lleva por nombre Diez.
Juan Alberto – Nosotros compartimos nuestras vidas, dentro y fuera del escenario, hasta el nivel que nuestros niños van al mismo colegio. Durante muchos años, todo funcionó muy bien y puede que fuésemos los primeros sorprendidos, pero en un momento dado explotaron cosas que es posible que llevasen tiempo ahí sin salir. Nada es perfecto, hay pequeñas cosas subterráneas que pueden cargarse el edificio entero. Afortunadamente hemos encontrado motivos suficientes para seguir juntos y para seguir haciendo música.
LBM – ¿La música produce la mejor bebida energética de la historia?
Nani – La música nos ha salvado de destinos peores. Es posible que si no tuviésemos la banda habríamos tenido miles de opciones de vida posibles, pero estoy seguro de que ninguna sería tan satisfactoria. Todo lo bueno que nos ha pasado es culpa de la música.
Juan Alberto – No me imagino una vida sin la música. Le debemos mucho; gente que hemos conocido, lugares que hemos visitado, la posibilidad de estar juntos… Durante la grabación del disco hemos estado en un sitio maravilloso, simplemente dormir allí sería turismo de lujo. Por eso solo podemos decir; ¡qué le den por culo a las bebidas energéticas, la música es lo que nos pone! (risas).
LBM – En vuestro boletín de notas ¿qué podemos encontrar: un 10 o un NM?
Juan Alberto – (Risas) Pue si hemos llegado al Diez es porque éramos conscientes de que estábamos en el NM. Con El Futuro, aunque disfrutamos mucho haciéndolo y pensamos que tenía canciones que sobresalen con respecto a otras e incluso con las de este disco nuevo, sabemos que es más irregular. Algo dentro de nosotros nos decía que había que superarlo. Diez es la búsqueda de la perfección, tanto a nivel individual como a nivel de banda.
Este disco está lleno de detalles pequeños, como un trabajo de orfebrería y eso es el arte.
LBM – ¿Todos los caminos llevan a Roma menos ese por el que no debes continuar?
Nani – Esa canción habla de las cosas que no se deben hacer, pero en realidad esas son las más divertidas. La pimienta de la vida (risas).
LBM – Pura Vida ¿hay que decirlo más?
Juan Alberto – (Risas) Sí, hay que repetirlo constantemente. Cuando estuve en Costa Rica me encantó la expresión pura vida, que es como su saludo nacional. Allí la gente en vez de decirte ¿cómo estás? o un simple hola, te dicen pura vida. Eso me recuerda que estamos aquí un rato y que hay que centrarse en lo positivo y en la cantidad de estímulos preciosos que tenemos, sobre todo cuando estamos en contacto con la naturaleza.
LBM – Ponernos un ejemplo donde este particular Hakuna Matata os haya ayudado mucho.
Nani – Yo creo que en nuestra actitud como grupo. Siempre ha sido pura vida. Disfrutando mucho y luchando como leones. Si eso no es pura vida, no sé qué puede serlo (risas).
«La música nos ha salvado de destinos peores. Es posible que si no tuviésemos la banda habríamos tenido miles de opciones de vida posibles, pero estoy seguro de que ninguna sería tan satisfactoria. Todo lo bueno que nos ha pasado es culpa de la música.» - Nani -
LBM – ¿En qué clave compone baladas el hombre libre?
Nani – Pues una balada muy rockera (risas).
Juan Alberto – La verdad es que el título no va mucho con el tono de la canción. Pretende contar la epopeya del hombre libre. Cuando la compuse acababa de quitarme de encima un peso muy gordo y para mí es una canción que tiene un valor especial. Suena un poco a liberación.
LBM – Las coordenadas de ese lugar al sur donde no te pueden ver son…
Nani – Granada, sin lugar a dudas. Para aquellos que conocen menos nuestra ciudad, tiene un aura de joya bonita pero hay mucha “miga dentro”. También habla de Lorca y, aunque han pasado muchos años desde que él la vivió, ha cambiado bastante poco. Juan Alberto dice que los fusilamientos en Granada a día de hoy se hacen en la calle y con palabras, en vez de con armas.
LBM – ¿Hay mucho «endiosado» en este mundo que nos toca vivir?
Nani – (Risas) Sí. Strummer decía que había que ser un chulo en el escenario y un caballero cuando bajabas de él.
Juan Alberto – Desgraciadamente. Salmo habla de esa gente a la que la profesión de músico se le ha subido a la cabeza y se ha convertido en un cretino que se piensa que está por encima de la humanidad y mira con desprecio. La canción es un escupitajo a la cara de todos ellos.
He de decir que son los menos, normalmente solemos cruzarnos con muy buena gente con la que compartimos momentos estupendos.
LBM – Pregunta JOHN CONNOR: Si tu yo del futuro, viajase al pasado para darte dos consejos, ¿cuáles serían?
Nani – A mí me gustaría que me aconsejase elegir otro instrumento que no fuese la batería. Es un coñazo de transportar, de montar… ¡me pido el clarinete! (risas).
Juan Alberto – Yo me diría; “ves como ese dolor de cabeza no era nada” (risas).
Nani – Cada quince días se auto diagnostica una enfermedad mortal (risas).