Cuando todavía nuestros cuerpos están morenos por las playas, las terrazas o los paseos turísticos, Los Niños Mutantes (LNM) van y montan un acústico, preparándonos así para lo que nos viene encima después de las vacaciones.
Para que la terapia funcione debemos aprender que no hay que pedirle a la vida, en este caso a la música, nada que sea demasiado complicado. Esto es fundamental y se empezó a cumplir en el mismo momento que LNM salieron al pequeño escenario de sala Costello con motivo del cierre de su programación veraniega. Sin embargo les sobraba espacio en su formato dúo, comodidad ante todo. Dos guitarras, una acústica y otra eléctrica, dos amplificadores, dos micros y unos pocos pedales.
Así que para esta re-entrada LNM nos recuerdan que son perros viejos. Que vas a hacer sino echar mano de tu experiencia cuando tienes que volver a lidiar con los mismos problemas laborales y sentimentales año tras año. Por eso en su segundo corte tocan “Katherine”, de su primer EP, una canción de la “edad del bronce” dicen, es decir de su debut en 1998. Cuando te conoces a ti mismo llevas mucho ganado, por eso más tarde le toca el turno a “Serpiente”, del mismo 98, que Juan Alberto Martínez entona con una voz llena de confianza, y el público lo disfruta, ya se nota la terapia post-vacacional.
Luego, está claro, no puedes sobre valorar el verano, ya lo dice “Formentera”, no siempre tenemos cuerpo de fiesta y, al final, lo mejor es “emborracharse”, y nosotros, la audiencia, lo susurramos dándole completamente la razón.
Con “No puedo más”, y sobre todo, con “La puerta” nos dejan claro que las relaciones tienen un principio y un final, y que si se queda algo sin decir se forma un nudo en la garganta como pasa en “Hundir la flota”. Y es que las cosas son como son, en el amor y en la guerra. No te creas que este año va a ser muy distinto de otros, porque en lo esencial, no cambiamos, no elegimos, las canciones siempre fueron, son y serán semejantes unas a las otras. Y eso lo dicen con “Miedo”, mas terapia, pero con gracia. El mensaje de LNM llega rápido, no te lo pienses demasiado.
En un momento afirman que no se prodigan en este formato acústico pero son humildes, le tienen cogida la medida. Otro consejo para Septiembre, no hagas lo que no sepas Los Mutantes son de Granada pero saben que lo suyo no es el flamenco, perdónalos Morente, como lo suyo es el pop, escogen “Pale Blue Eyes” de The Velvet Underground para los bises y así demuestran que la vida es mucho más fácil cuando la ambición no lo es todo. Que nadie se confunda, no es sencillo quedarse en su sitio, saber que sobrevivir es un arte y triunfar es un horror, “solo somos náufragos esperando a ver el fin” retumba en la cueva.
Un último consejo, muy necesario en nuestro país, hay que ser agradecido con quien te deja hacer bien tu trabajo. El público lleno la sala Costello, canto, aplaudió y se silenció cuando tocaba. Los mutantes alzaron “La voz” para darnos las gracias y despedirse a su estilo, haciendo música con sencillez para una inmensa minoría. Gracias de vuelta, nos habéis dado lo que queríamos, sin sorpresas, y estamos seguros de que algo así no ha de ser tan fácil como parece.
Autor: Juan Parejo
Fotos: Fisheye Soho