Penny Necklace han experimentado una metamorfosis enorme y cual mariposas han surgido renovadas, rosas y llenas de brillo. Su cambio no es solo en el idioma en el que cantaban, se han deshecho de esos toques folk que las habían abanderado y han experimentado perdiéndose en capas y atmósferas. El resultado de un disco maravilloso para el que solicitaron ayuda en un proyecto de Crowfunding que superaron, como era de esperar, con éxito.
Charlamos con Odette, vocalista de la banda, que nos habló de como desenredar esta preciosa historia que no debes perderte.
LBM – ¿Hoy en día el Crowdfunding es el gesto más bonito de amor?
Odette – Sí, además en las dos direcciones. Por nuestra parte la intención es que forméis parte del proyecto desde el principio, que sintáis que Penny Necklace es más amplio que solo sus integrantes. Es un amor recíproco, bien entendido, y además es la forma que tenemos de existir, sino sería imposible.
LBM – ¿Con este disco habéis tratado de hacer brillar a todos los que han participado?
Odette – A todos los que han participado, a todos los que lo compren, a todos los que lo reciban de promo y tengan la mesa llena de purpurina tres semanas después… incluso a nosotras mismas, que en el concierto nos embadurnamos de purpurina y fuimos repartiendo besos por ahí. Es un modo de hacerlo viral; “Oye, tienes purpurina. Sí, es que ayer estuve en un concierto de Penny Necklace”.
LBM – ¿Hay cambios que dan más valor a las palabras?
Odette – Sí, el cambio del inglés al castellano, en este caso, ha dotado a las letras de más importancia, por eso tiene más valor. También antes lo que decíamos era menos íntimo, menos entendible y menos coreable. Por eso, sí, tienen más valor. A veces hay gente que habla más de lo que hace, y en ese caso restan valor, por eso hemos tratado de buscar un equilibrio.
LBM – ¿Ahora es más fácil escuchar y creer?
Odette – Creo más, pero me falta escuchar. Tengo un ímpetu excesivo de contagiar el entusiasmo por lo que hemos hecho. Siento que hay mucha gente que no ha escuchado todavía el disco y eso me motiva para querer que lo hagan. El cambio es tan grande que no puedo evitar sentir que todos los que nos conocían deben hacerlo de nuevo y los que no, deben probarlo al menos.
LBM – Por un lado una canción de amor, pero la foto… ¿qué ilustraba?
Odette – Es una cita de Bolaño, el poeta sudamericano y cuando escribí esa canción me imaginaba una postal de las típicas con una cascada o una fuente, muy impersonal. Con el nombre de la ciudad, México. Algo tan impersonal que por el otro lado estuviese cargado de algo tan significativo como una canción de amor.
LBM – Para que una banda haga una transición así, ¿hace falta tener todo cogido con hilos?
Odette – Los hilos son importantes, pero lo es mucho más el agarre a esos hilos. Creo que lo primordial es que hay mucha gente involucrada, gente con mucha ilusión y muy buenos en lo suyo. Si solo marca la dirección una persona y los demás se adhieren, no funciona. Nosotros hemos recibido todas las opiniones, tanto si a alguien le parecía una mierda como si le parecía alucinante. También he de decir que hemos tenido mucha suerte con Víctor, el trato con él ha sido un lujo, porque hasta para decirte “esto es una mierda” es tan dulce, que es imposible que te lo tomes mal.
LBM – ¿A contraluz se ven las cosas más transparentes o más opacas?
Odette – Pues en este caso más opacas, porque es la canción más triste que he escrito en toda mi vida. Es la primera canción que escribimos en castellano hace ya seis años. Hay algunas canciones que estaban hechas y hemos ido trabajando sobre ellas, en esta hemos confeccionado la canción a través de una letra que estaba escrita. Es una historia preciosa que no repite dos veces la misma frase, fue grabada en una sola toma, creo que esa magia se nota.
LBM – ¿Es obligatorio disparar antes de preguntar?
Odette – Yo diría que es un error. A veces caemos en la desconfianza de pensar que la gente siempre va con malas intenciones y aunque a veces aciertas, otras muchas te equivocas. Hay que intentar que aunque te disparen a ti de vuelta, tener un buen escudo, pero no estar con el arma lista antes de que lleguen.
LBM – ¿Crear atmósferas únicas atrae al que escucha para quedarse una noche con Penny Necklace?
Odette – Ojalá, todas las que hagan falta (risas). Es un disco muy atmosférico la verdad, invita a escucharlo un domingo por la tarde leyendo, conduciendo, o en trayectos que haces todos los días. Para mí es un como un libro o una película, contiene una historia. La línea argumental está plagada de sentimientos.
LBM – En directo ¿cuál es la mejor sustancia inflamable para que todo arda?
Odette – Pues intentamos que sea la purpurina, pero es complejo porque los medios a veces no nos lo permiten. Yo creo que lo mejor es que la gente esté donde quiere estar y sea plenamente consciente de ello. Si valoran lo que está sucediendo se transforma en algo mágico. Hace poco escuché que la gente que subimos a un escenario somos como murciélagos, emitimos sonidos y la forma de rebotar en el público es lo que hace que nos movamos de una forma u otra. Me sentí muy identificada.
LBM – ¿Cómo le contaréis a vuestros nietos aquello de “hijo, yo una vez tuve una banda”?
Odette – Pues espero que sea con el comienzo “esta banda que tengo ahora comenzó…“ (risas). La verdad es que no sé si tendré hijos, pero espero que esto no sea una anécdota, quiero que mi vida siempre tenga que ver con la música. Por eso creo que la mejor manera es decir: esto fue el principio de lo que ahora puedes ver.