El sábado 27 de abril cogíamos nuestra particular máquina del tiempo para volver al pasado con los chicos de Sala & The Strange Sounds. Nos calzábamos los patines y nos disponíamos a Rock and rollear en su Disco Party.
El increíble feedback que habían recibido por parte de los asistentes quedaba claro cuando entrabas a Charada, y en medio de la psicodelia de luces, encontrabas un bucle de patinadores, algunos incluso con un look recién sacado de una película ochentera, y coreografías al ritmo de la música más retro, que Sala mezclaba con peluca afro y gafas de sol.
Cuando rozaba la hora, el líder de la banda, se quitaba la peluca y se subía al escenario, para reclamar a Kjetill, el batería noruego, que debía de andar perdido en el mar de psicodelia de la noche. Una vez todos los componentes tomaban sus puestos, la contundencia del sonido de Sala y sus chicos, volvía a llenarnos, y las canciones de su disco It´s Alive que tan de memoria nos sabemos nos daban fuerza y garra.
La unión de la banda en este tiempo, ya casi un año desde que les conocimos, es un hecho. El origen londinense que proclamaban en sus primeros conciertos en la capital, ha quedado en un segundo plano, y el haber tocado en casi todas las ciudades españolas en que había un escenario dispuesto a albergarles, ha dado paso a que el sonido gamberro de Sala se mezcle en sintonía perfecta con la seriedad de sus músicos.
La pasión que le ponen estos chicos en el escenario, se ve repercutida en los instrumentos, destrozando panderetas, baquetas, e incluso nos reímos con algún empujón que otro al más puro estilo punk.
Después del derroche energético de los chicos, llegaba el fenómeno Baccara. Mayte Mateos salía al escenario arropada por un grupo de Fans que coreaba su nombre, para interpretar la versión 2013 del conocidísimo single Yes sir, I can boogie. El desenfreno llegaba a la noche, y el surrealismo también, pues ver el estilo musical de S&TSS mezclado con la melodía de Baccara es impactante cuanto menos. A pesar de la extraña pareja que forman, musicalmente hablando, merece la pena dedicar algo de nuestro tiempo para redescubrir el Hitazo que se comía el mundo allá por los años 70/80 además de aderezarlo con una buena dosis de humor y risas por parte de Sala y los suyos.
Para cerrar la noche, y tras varios temas de Mayte Mateos y su acompañante Paloma, Sala interpretaba acompañado por ellas Margot, al que ambas ponía una original coreografía, y sobre todo mucho empeño.
La noche había ido sobre ruedas y así terminaba. Al salir a la calle, en pleno centro de la capital, nos dábamos cuenta de que nuestro viaje al pasado había finalizado hasta la próxima vez que Sala nos llame para proponernos lo más original que pase por su cabeza.