
Tras la arrolladora actuación de Kuve, en la que Marian Frutos no paro ni un segundo sobre el escenario, dejando así con las sensaciones a flor de piel a una sala Ocho y medio llena hasta la bandera para la ocasión, Second salían a escena uniformados, como habitualmente en todos los conciertos de esta gira, para teletransportarnos directamente a 2502. El tema marcado por un ritmo muy bailable, cargado de sonidos futuristas y sintetizadores se ocupa de abrir el último disco de la banda murciana Montaña Rusa. Desgranaron este nuevo álbum pieza a pieza durante las más de dos horas de concierto en las que el público saltó, disfrutó y coreó cada uno de los temas.
Entre palmas empezaba a sonar Psicopático, extraída de su disco Demasiado soñadores, encargada de abrir la veda a una avalancha de energía, para que sonara un tema tras otro sin dar tregua, y la sensación de que ya nada podía parar se apoderara de todos. A medida que avanzaba la noche, la expectación, el calor y la comunión iban aumentando entre esas cuatro paredes cómo la subida de una montaña rusa, el título del disco describe a la perfección como serán los directos.
Bien pasado el ecuador del concierto, Sean alabó al público afirmando un rotundo ‘sois exquisitos’. En ese momento la muchedumbre que se movía en volandas por la pista se vino arriba; pues no era para menos, ya que llegaba para disfrute de todos los presentes Rincón exquisito, uno de los temas icono de la banda.
Para los bises quedaron canciones cómo Lobotomizados, Autodestructivos o Muérdeme, con la que Second hicieron entrar a la totalidad de la sala en un éxtasis frenético con sus coros.
El final llegaba con Rodamos, otro tema indispensable en su repertorio, que describe de forma muy gráfica cómo es un concierto de los murcianos, ya que tanto cada uno de los integrantes de la banda cómo el publico dan el cien por cien de sí mismos dejándose llevar, sudando y quedándose sin aliento.
Sin duda, como ya habíamos comprobado en anteriores citas de Second en el Ocho y Medio, Madrid siempre está preparada con su mejor actitud para acogerles.
Autor: Albert Solé
Fotos: Mauricio Sanguino