Después de haber empapelado Madrid, poniendo a los habitantes de la ciudad la miel en los labios con esta fecha, por fin llegaba el día; The Right Ons, salían a escena pertrechados de sus instrumentos y de un toque mágico que tienen sobre las tablas.
Minuto uno; la energía de la música nos envolvía. Álvaro, cerveza en mano brindaba con los presentes al grito de “Salud, y que no falte”. Aplausos y risas por igual. Flashes inundaban la primera fila, ninguno de los fotógrafos quería dejar escapar los movimientos imposibles que acompañaban a las notas que salían del escenario.
La elección del Set List, era curiosa. Nos habían adelantado que harían un repaso a su carrera, y que probablemente, darían el que fuese el concierto más largo de sus vidas, pero no esperábamos que fueran tan minuciosos a la hora de elegir los temas, y de colocarlos.
Las tres primeras canciones que nos ofrecían, nos trasladaban al inicio de su andanza musical y así In crescendo, nos dejaban montar en su particular máquina del tiempo, sin dudas y con una firme decisión, llevándonos a los temas que todos hemos escuchado y coreado cientos de veces como That´s New York, y Thanks. Ante esa afirmación “Thanks to the people who dance with the stars with no reason why” nadie pudo quedar impasible, a un ritmo frénetico, coreábamos y cantábamos, dejando que las ganas de darlo todo nos invadiesen también como si de un espectáculo compartido entre público y grupo se tratase. There she goes, llegaba entre silbidos.
Veíamos a Ramiro, batería y vocalista de la banda, huir del escenario, para volver con un regalo muy especial que, junto a los demás miembros, Álvaro, Utah, Martin y Rafa repartían. Habían preparado unas panderetas que volaron entre los presentes, pintadas con su nombre, llegaron hasta la grada, donde muchas caras conocidas recogían el testigo. Tocaba hacer ruido!!
On the radio, fue el himno de la noche sin duda. No quedo ni un solo rincón de la sala que no se empapara de las guitarras, voces y energía, a la par que las panderetas “rightonianas” se mecían en nuestras manos.
Poco quedaba ya para el fin; Purple Neon Lights, y I Do what I Want, ponían el broche de oro al Show, adornadas con cañones de burbujas y confeti que brotaba de la primera planta. Así se iban los 5 del escenario, para salir a la entrada de la sala a despedir a todos los asistentes, firmar discos, hacerse fotos, o lo que se terciase, como si despidiesen a una legión de amigos en la puerta de casa.
Y así, con músicos agradecidos, y público inmensamente feliz, nos despedíamos de ellos hasta su vuelta a los escenarios.