Van a pasar 2 meses desde que dieron la noticia, Bowie ha muerto.
Escribo esto sin todavía dar crédito. Me cuesta escuchar sus canciones sin que un nudo se forme en mi garganta, pensaba que era inmortal, soñaba con verlo tocar en directo o con cruzarme con él…
Mi primer recuerdo se situa en casa de mis padres aún siendo una renacuaja, era una tarde de verano y recostada al lado de mi madre veíamos «Dentro del laberinto» mientras ella me contaba anécdotas sobre David y yo literalmente flipaba con Jareth.
La película se convirtió en mi favorita y a día de hoy en momentos tristes la veo de nuevo, me reconforta.
Luego vino su música, recuerdo las cintas de cassette de mi madre, (gracias infinitas mamá) en mi casa siempre había música…
La noticia de su muerte me vino como un fuerte mazazo, la recibí de un gran amigo: “Menudo palo, lo siento mucho Mar”. Al leer sus palabras pensé: » Que no sea Bowie».
Busqué las noticias y se confirmaba por parte de sus familiares… La tristeza se apoderaba de todo el mundo, fans y no fans, amantes de la música. Se ha marchado alguien que ha hecho historia, alguien que se ha adaptado a todos los tiempos, que ha creado personajes inmortales y que nos ha ganado generación tras generación… ¿que habría sido de la música sin Bowie? Es inimaginable.
Bowie ha influenciado a musicos de muchas generaciones ya que ha pasado por todos los registros musicales, desde sus inicios hasta su última obra Black Star, y seguirá influenciando, inspirando e impulsándonos a crear.
Artista en todas las ramas posibles, actor, pintor, músico… Un genio que no ha muerto, un genio que se ha marchado al cielo a brillar como lo ha hecho en la tierra. Estoy completamente segura que ahora las estrellas bailan a un ritmo muy diferente.
A partir de ahora mi deseo es tener una nave espacial para poder llegar hasta donde esté, para verlo brillar desde el espacio, Ground control to Mr. David Robert Jones.
En algún momento de mi vida le quitaré el precinto al vinilo “Black Star”, de momento no estoy preparada, éste sí es el último…
Autor; Mar Martín.