Pasados unos minutos de las diez de la noche, la tarraconense Sala Zero abría sus puertas para dar cobijo y resguardar del intenso frío que azotaba la noche del pasado viernes a los pocos aventurados que acudimos puntuales a la cita con Tuya.

            Tras unos minutos durante los que la sala se fue llenando tímidamente, el grupo garrafense PacoSan subieron al escenario bajo una luz tenue, para amenizar la espera (¡y de qué manera!) con su música experimental y atmosférica, llena de efectos vocales, ecos y letras que se repiten en loop.

            Cuando PacoSan acabaron su show, los chicos de Tuya tomaron las riendas de la noche para dejarnos boquiabiertos. En el concierto del viernes, el grupo madrileño estrenó batería, pero nadie hubiese dicho que fuese su primer concierto juntos, ya que las letras que cobran vida entre los malabarismos melódicos de la envidiable voz de David, se compaginaron a la perfección con ritmos de batería primarios y muy contundentes, y con los efectos futuristas de los teclados de Óscar, que parecía el capitán de una nave espacial de cualquier serie de ciencia ficción, rodeado de teclados, sintetizadores y cables.

            Durante más de una hora de concierto, el público aguardó con silencio sepulcral que sólo se rompió para colmar a los artesanos de aplausos. Tuya agradecieron el gesto y el respeto tan merecido desmenuzando entero su Waterspot, e incluso sorprendiendo a más de uno con una versión de Robbie Williams, para la que David pidió a sus seguidores que nos acercáramos al escenario, para vernos esas caras tan sonrientes que imperaron durante todo el concierto. No obstante, he de decir que, del mismo modo que pasó en el último concierto de Tuya al que fui es que el show tiene su máximo culminante cuando suenan los primeros coros de Cake.

            Tuya nos avisó que andan preparando temas nuevos para su próximo disco que saldrá en… que saldrá. Sin prisas. Y casi que mejor, porqué las prisas nunca fueron buenas, y estoy seguro que la espera va a merecer mucho la pena.

            Para finalizar esta crónica, animo a todo aquél que ame la música que aproveche para ver a estos chicos en directo a su paso por su ciudad, ya que va a asistir a un espectáculo para los sentidos, una forma de arte que evoca a dejarse llevar por las melodías. Nosotros ya hemos convertido a Tuya en parte de la banda sonora de nuestras vidas. ¿Tú a qué esperas?