Como dice la canción de Monserrat Elige tu propia aventura, nosotros nos decantamos por una noche de jueves llena de música original. Abriendo la página, emergía una nueva cita Costello, que nos daba derecho a disfrutar con todos los sentidos sin saber cómo íbamos a terminar.
El dos por uno musical en los tiempos que corren, es sin duda una fórmula clave para llenar las salas de conciertos. Así, Pop and Dance, nos proponía mezclar los sonidos de Monserrat con una propuesta diferente y novedosa de la mano de David T Ginzo, líder de Tuya.
Tres de los componentes de Monserrat se subían al escenario de la Sala, con cajón, guitarra y bajo respectivamente, pero sobre todo con un repertorio en castellano que poco tiene que ver con lo que ponen en escena con sus proyectos paralelos, como Rusos Blancos.
Nos sorprendía la frescura de Monserrat, los temas que nos proponían viajaban entre estilos musicales muy dispares, sin dejar en ningún momento de lado las letras, que aportan un peso mucho más profundo a lo que escuchamos.
Cedían el turno recomendando comprar su Ep, y darle alguna escucha más. Sentimiento de que volveremos a cuadrar fechas para coincidir con ellos se quedaba en nosotros.
Murmullo de espera en la Sala, mientras veíamos a David salir del camerino con su ya habitual look encapuchado. Se parapetaba tras una mesa repleta de cachivaches electrónicos, dejando muy claro que la propuesta de la noche nada tenía que ver con la puesta en escena habitual del grupo.
Comenzaba con seriedad y nervios, dando las gracias tantas veces que no pudimos ni contarlas. Flashes cegadores no querían dejar pasar la oportunidad de que ese momento se quedara para siempre inmortalizado de alguna manera.
Si la propuesta era innovadora, ver al asturiano en un alarde de patriotismo cantar una canción en bable, fue ya el colofón para darnos cuenta de que sería difícil volver a encontrarnos con algo así. La cueva de Costello coreando Xanadu bajo las órdenes de maestro de ceremonias de flequillo y capucha, que divertido reía a carcajadas de cara al público que intentaba hacerlo lo mejor posible para cuadrarse con los sonidos pregrabados.
Éramos conscientes de que los orígenes de Tuya, habían nacido de la mano en solitario de David T Ginzo, quien guitarra al cuello intentaba estar a la altura de las circunstancias, y así reflexionábamos sobre este regalo para los sentidos, mientras temas tan esenciales como Cake o All my best nos envolvían con ese nuevo toque.
Terminaba la noche mucho antes de lo que nos hubiera gustado, pues disfrutar de voces como la de David siempre es un placer, aunque sea disfrazadas bajo miles de sintetizadores, y sonidos pregrabados, y sin saber si la próxima vez que nos citemos con Tuya tendremos música de ambiente entre tema y tema, risas sinceras y muchos detalles de agradecimiento. Abandonábamos el Costello, dando fin a un jueves más, que cerraba la tapa del libro con la sensación de que la buena música puede serlo en cualquier formato que la pintemos.