El pasado sábado estuvimos viendo el concierto que ofreció Sidonie en la Plaza del mercado de la Barceloneta, iniciando un círculo de conciertos que organiza la marca de refrescos Aperol.
El concierto arrancó bajo un sol de justicia y sin demora alguna con un mix de las canciones Bajo un cielo azul extraída de su último disco El Fluido Garcia y Sylvia perteneciente a Costa azul. Sin dar tregua siguieron con La sombra, de El Incendio, una canción épica donde las haya, con la que el público se animó a hacer coros. A continuación, entre los aplausos de un público realmente entregado, Marc Ros aprovechó para presentar a la banda y decirnos que ese era el último concierto que darían antes de meterse en el estudio a grabar el que va a ser su próximo disco, el cual aseguran que va a ser increíble. Estas tajantes palabras dieron paso a la siguiente canción, también de su último disco, Tormenta de verano y a Feeling Down (canción que recuperaron de los tiempos en los que cantaban en la lengua de Shakespeare). Seguidamente Jes Senra nos dejó con la boca abierta ejecutando a la perfección Sidonie goes to Varanasi al Sitar.
El siguiente tema nos puso los pelos cómo alambres; pues el grupo se atrevió ni más ni menos que a versionar (de forma intachable) Una guitarra de Joan Manel Serrat. Aquí llegaba la gran sorpresa de su actuación: Miri Ros, la hermana de Marc, subió a las tablas a cantar Un día más en la vida junto a su hermano, de igual manera que en la versión de estudio; y es que el arte se lleva en las venas. Seguidamente, dos temas más de El Fluido Garcia, A mil años luz, para la que Jes y Axel traían preparada una coreografía que Marc afirmó que le daba vergüenza ajena y la psicodélica El bosque. Parecía que ya era hora de la despedida cuando Jes interpretó Get it on, versión del grupo londinense T-Rex.
Para los bises dejaban dos bombazos, Costa azul y El Incendio, con las que el público se creció, se levantó del asfalto y coreó en comunión cada uno de los versos de estos dos himnos del grupo. Como unos necios disfrutamos del incendio sin saber que acaba en cenizas, cenizas de lo que para muchos fue el mejor vermouth de su vida.