Toda la experiencia que ha adquirido un músico en sus viajes, en su vida y en su carrera, se mostraban como cartas boca arriba en el momento en el que Xoel López se sentaba a la mesa con nosotros.
En el Picnic, recién abierto, entre sonidos de copas que ocupaban su lugar y el olor a café recién hecho, aprovechábamos esta nueva oportunidad que se nos brindaba para sumergirnos en el mundo de Paramales.
LBM – ¿Qué equipaje se lleva a un mundo desconocido?
Xoel – Lo mínimo, porque nunca sabes lo que te vas a encontrar. También hay que dejar espacio en la maleta para meter todo lo nuevo.
LBM – ¿Cómo se gana uno todo lo que merece? Ya sea para bien o para mal.
Xoel – Creo que al final lo importante es el aprendizaje. Hacemos cosas que tienen premio y cosas que tiene castigo, pero lo importante es que la propia vida te marca los límites. Nadie nace sabido, todos vamos aprendiendo por el camino y a base de ostias, por eso aunque recibas muchos palos puedes ser una bellísima persona, se trata de como lo asimilas. Imaginad que Darth Vader no se hubiera muerto cuando Luke le quita el casco, igual hubiera sido buena persona (risas).
LBM – ¿Cuál es el paso de baile para hablar de la vida?
Xoel – Dejarse llevar, yo siempre lo hago cuando bailo. En la vida es igual, lo importante es dejarse llevar al ritmo del día a día, no hay que hacer las cosas sin que sean armónicas. Lo mejor es dejarse fluir.
LBM – ¿Cuantas cosas, de esas que cambian, le ha dado tiempo a ver a Xoel en su carrera?
Xoel – Bueno, yo he visto un hombre desaparecer, como dice la canción. He visto diferentes aristas de mi personalidad morir, otras aparecer. En mi carrera igual, gente ha desaparecido, otros se han incorporado. Me ha tocado vivir bastante el cambio, creo que también me atrae la búsqueda interminable de algo.
LBM – ¿Qué solías decir y ya has abandonado para no volver a ver?
Xoel – Solía decir que las cosas eran así o asa. Ahora me he dado cuenta de que las cosas tienen diferentes caras y que podemos perdernos en la complejidad de ver lo más sencillo. Normalmente, las cosas son sencillas y nosotros mismos nos complicamos intentando ver o buscar como son para terminar al final, dándonos cuenta de esa sencillez.
LBM – ¿Es el mejor antídoto prevenir contando hasta cuatro?
Xoel – Es una pregunta tan buena que no pienso estar a la altura con la respuesta (risas). En serio, ¡me encanta!
Sí, en la vida siempre hay que estar prevenido. El tiempo es crucial, yo busqué eso en mi viaje a América. Al volver de mi viaje tenía claro hacia donde quería ir.
LBM – Cuando pusiste el punto final a Caracoles, ¿sentiste que te habías dejado algún piropo fuera?
Xoel – Pues os contaré que era una letra bastante más larga, recorría muchas más partes del cuerpo. La escribí como una poesía y luego le puse una melodía. Me di cuenta de que era imposible meter todas las estrofas por respeto para la estructura de la canción y fui “amputando” (risas).
«Solía decir que las cosas eran así o asa. Ahora me he dado cuenta de que las cosas tienen diferentes caras y que podemos perdernos en la complejidad de ver lo más sencillo» - Xoel López -
LBM – Cada cana, cada arruga, cada vida nueva… ¿Es un brindis?
Xoel- Sí, claro. La vida es mejor cada vez. Las canas no son preocupaciones, son experiencias. Es hermoso, detrás de cada cana hay sabiduría.
LBM – ¿Cuando terminas un concierto con el público rendido a tus pies, se te pasa por la cabeza “ha vuelto a suceder”?
Xoel – Sí, me da la sensación de me fui, he vuelto, me ha tocado picar piedra de nuevo, pero al final dices al final estoy aquí otra vez (risas). Aunque como dice Patagonia, todo es igual pero nada es lo mismo. El Sonorama por ejemplo, es igual, puede que hasta haya gente que me viera en su momento y haya repetido, pero todos hemos cambiado, hemos madurado. La persona que salió al escenario este año, no tiene nada que ver con el Xoel que se marchó en el 2008.
LBM – En tu casa, el ruido y el silencio ¿se llevan bien con la melodía?
Xoel – Justo me preguntas eso en un momento horrible porque están de obras en el piso de al lado y busco un silencio que no hay (risas). Aunque la verdad que siempre suena música, como el rayo que no cesa. Con Nahuel es una maravilla, a pesar de lo pequeño que es, le encanta.
LBM – ¿Cómo empezarías a contarle a tus nietos la experiencia de “hijo, una vez yo tuve una banda”?
Xoel – Espero que eso no pase nunca, quiero que me vean con la guitarra con 80 años y de ahí ellos me pregunten para poder decirles que yo tuve una banda (risas). Convivo con la guitarra y el piano todo el día, todos los días estoy tocando, con lo que inevitablemente un nieto debe apreciarlo. Espero tener mucho que recordar. Ya a día de hoy empiezo a recordar muchas cosas, cuando dejas hueco a la memoria se llena de experiencias vividas. En Atlántico hay muchos de esos recuerdos.